Dijo una vez Anne Hathaway: “Me fui a recostar con mi madre y me preguntó si estaba bien. Cuando le dije que ‘sí’, no me creyó. Me dijo que cuando uno se recuesta con su madre es porque el alma duele. Las madres tienen una forma única de comprendernos, de ver más allá de las palabras y de ofrecernos un refugio silencioso cuando más lo necesitamos. Su amor es un consuelo que trasciende cualquier dolor."
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