Tantas veces me he sentido mal, verdaderamente mal por no poder soltar, dejar ir, perdonar, perdonarme, que me perdí en el intento. En definitiva, perdí la cuenta de que me hizo sentir peor; si el supuesto error, falla, equívoco, o no poder sanarlo.
Hace poco comprendí que si no puedo soltar, dejar ir, perdonar o perdonarme, lo acepto. Simplemente lo acepto.
Acepto que quizá no sepa hacerlo, que quizá no sea el momento, acepto que no puedo. Y ya dejo de entrar en guerra conmigo misma por no poder, saber, hacerlo.
Al aceptarlo, paradójicamente suelto, dejo ir...para que la naturaleza se haga cargo del resto.
Cuando acepto que hay algo que no puedo hacer, la naturaleza esencial que habita dentro mío se ocupa de mostrarme el camino y sanarlo, lo que me toca hacer es permitirlo.
Solo eso.
Lorena Ciocale
No hay comentarios:
Publicar un comentario