TAN CERCA Y TAN LEJOS.
Así pasamos la vida, como el árbol al otro lado de la orilla.
Tan cerca y tan lejos.
Despertando cada día en el otro lado de la cama.
Comiendo en la misma mesa, con prisa, sin pausa.
Mirando el televisor cada noche, juntos en el sofá, sin ver, sin hablar.
Tan cerca y tan lejos.
Nos cruzamos con el vecino en la escalera, un saludo fugaz sale de nuestros labios, siempre rápido, con prisas, sin ganas.
Tan cerca y tan lejos.
Un café con amigos, una charla, palabras que entran por nuestros oídos, pero hacen eco en nuestra cabeza.
Tan cerca y tan lejos.
Llegamos al trabajo, nuestra compañera nos cuenta que tuvo un mal día, otra vez, pensamos. Oímos, pero no nos importa, no escuchamos.
Tan cerca y tan lejos.
Tarde de juegos en casa con los niños, ellos con su energía al máximo, no paran de hablar, tu cabeza, está en cualquier sitio menos en ese lugar.
Tan cerca y tan lejos.
Te miras al espejo, una sombra se refleja, te observas, pero no te ves.
Tan cerca y tan lejos.
El cansancio nos inunda, como ese río desbordado, las prisas acabaron con nuestra paciencia, sin darnos cuenta, dejamos de sentir, de ver, de escuchar, sin darnos cuenta nos encontramos
T
A
N
CERCA
Y
TAN
L
E
J
O
S
Y sí, la vida no espera, pero, las prisas, nunca fueron buenas.
No estaría mal parar, arrimarse un poquito y dejar de estar ..... tan lejos.
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