Aires
Abrí la ventana
como quien abre el alma;
un día cualquiera,
una nueva esperanza.
Me desnudé ante él,
ante su fuerza;
penetró en mi piel,
ordenó mi cabeza.
Y cambió de rumbo
y a mí como una veleta;
me habló del ayer,
de volverme imperfecta.
Y cambió mi pensar,
mi manera de ver la vida;
me despertó,
después de años dormida.
Aquí estoy,
para renacer sin miedos;
frente al mar,
gritándole al cielo.
Mi nueva yo
con los brazos abiertos;
dándome permisos,
volviendo del infierno.
“Tengo tantas cosas que contarte"
“Luces y sombras”
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