“Con el tiempo te quedas sin ganas
de escuchar cosas, de estar con gente
y de frecuentar lugares que no te gustan.
Con el tiempo te quedas sin ganas
de reirle las gracias, a gente que no tiene gracia,
de ayudar a quien no te lo agradece
y de querer a quien no se lo merece.
Con el tiempo te quedas sin ganas
de discutir, de insistir, de pedir disculpas
y de esperar nada de nadie.
Con el tiempo defiendes tu intimidad,
te vuelves más selectivo
y ya no cedes a cualquiera un asiento
en la mesa de tu vida”.
Texto: Fernando García
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