Por suerte algunas cosas han cambiado.
Nuestros rostros están presentes,
podemos levantar la voz,
exigir algunas cosas,
y escribirnos mujeres.
NO DEJAN ESCRIBIR
Trabajo en un periódico,
pude ser secretaria del jefe
y soy sólo mujer de la limpieza.
Sé escribir, pero en mi pueblo
no dejan escribir a las mujeres.
Mi vida es sin sustancia,
no hago nada malo.
Vivo pobre.
Duermo en casa.
Viajo en metro.
Ceno un caldo y un huevo,
para que luego digan.
Compro libros de viejo.
Me meto en las tabernas,
también en los tranvías,
me cuelo en los teatros
y en los saldos me visto.
Hago una vida extraña.
Gloria Fuertes, poeta española. La poeta de guardia. La poeta de lavapiés.
Foto: Melania Brescia
No hay comentarios:
Publicar un comentario