jueves, 17 de octubre de 2019
CASTILLO SANT’ANGELO, ROMA, ITALIA.
Nacido Mausoleo de Adriano y más tarde convertido en El Castillo Sant’Angelo
El Castillo (también conocido como el Mausoleo de Adriano o Mole Adrianorum), surge por voluntad del emperador Publio Elio Traiano Adriano (76 – 138 d.C.) como mausoleo fúnebre para él mismo y para sus sucesores.
El Castillo Sant’ Angelo se inspira en su aspecto exterior en el mausoleo de Augusto, construido en la ribera opuesta del Tíber más de un siglo antes.
Fue realizado inicialmente por el arquitecto Demetriano, a partir del 123 d.C.
El monumento, levantado con piedra de travertino, estaba engalanado en su cima por una cuadriga en bronce guiada por el emperador Adriano. El edificio cambió de uso muy pronto y se convirtió en un edificio militar. Se integró a la Muralla Aureliana en el año 403.
Adriano muere en el año 138 d.C., antes de que la construcción de su Mausoleo estuviese terminada. Su sucesor Antonino Pio dedica el sepulcro en el año 139 d. C. y traslada allí los restos de Adriano y de su esposa Sabina.
El edificio mantuvo su función funeraria por un siglo más, hospedando también los restos mortales de los sucesores de Adriano hasta tiempos de Caracalla (217 d. C.), con algunas excepciones.
En el friso de la fachada frente al río se leían los nombres de los emperadores enterrados en el interior.
El Mausoleo, construido en la orilla izquierda del río Tíber, se encuentra a poca distancia de la Ciudad del Vaticano y en frente del Campo Marzio. Quedo unido a la otra orilla por un puente construido en el 134 d. C.
El actual nombre del castillo data del año 590, durante una gran epidemia de peste que golpeó la ciudad de Roma. El papa de la época, Gregorio I, vio al Arcángel San Miguel sobre la cima del castillo que envainaba su espada significando el fin de la epidemia.
Para conmemorar la aparición, la estatua de un ángel corona el edificio (primero una estatua en mármol de Raffaello da Montelupo, y desde 1753 una de bronce de Pierre van Verschaffelt sobre un dibujo de Bernini).
Desde 1277, el castillo está conectado con la Ciudad del Vaticano por un corredor fortificado, llamado Passetto, de unos 800 metros de longitud
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