sábado, 23 de junio de 2018
Arañas, Hermoso relato originario de América del Norte
Hermoso relato originario de América del Norte, que figura en la rueda de las cartas medicinales de los animales:
La Araña tejió la tela que trajo a los humanos la primera imagen del alfabeto. Las letras eran parte de los ángulos de su tela.
El Ciervo el preguntó qué estaba tejiendo, y por qué todas las líneas parecían símbolos.
La Araña replicó – “Porque es el tiempo de que los niños de la Tierra aprendan a hacer registros de sus progresos en su Caminata Terrestre”
El Ciervo le contestó -“…pero ellos ya tienen cuadros que muestran a través de símbolos las historias de sus experiencias”
“Sí”- dijo ella- “pero ellos están creciendo en forma más compleja, y sus futuras generaciones necesitarán saber más. Los que vendrán no recordarán como leer los petroglifos”
Fue así como la Araña tejió el primer alfabeto primordial, así como también había tejido el sueño del mundo que se había hecho manifiesto. Su sueño de un mundo físico se había hecho realidad millones de años atrás.
El cuerpo de la Araña se parece al número 8, consiste de dos partes lobuladas conectadas en la cintura. y de ocho patas.
Ella es el símbolo de las infinitas posibilidades de la creación. Sus ocho patas representan los cuatro vientos de cambio y las cuatro direcciones en la Rueda de la Medicina.
La Araña teje la trama del destino para aquellos que quedan atrapados en su tela, y se convierten en su cena. Esto es similar a lo que sucede con los humanos, que quedan atrapados en la trama de ilusión del mundo físico, y nunca ven más allá del horizonte, ni ven otras dimensiones.
La trama del destino también representa una rueda de la Vida en la cual no se incluye ninguna alternativa o solución. Es típicamente humano quedar atrapado en la polaridad de buena o mala suerte sin darse cuenta que pueden cambiarlo en cualquier momento. Si no somos lo suficientemente decididos para cambiar nuestra suerte en la vida, podemos terminar siendo consumidos por nuestros miedos y limitaciones.
La Araña es la energía femenina de la fuerza creativa que teje los diseños hermosos de la Vida. Su tela tiene cientos de intrincados patrones que atrapan el rocío de la mañana.
Si la Araña ha caído de su tela dentro de tus cartas hoy, ella puede estar diciéndote: ¡Crea, Crea, Crea! Busca nuevas alternativas a tu dificultad presente. También puede estar advirtiéndote que te estás acercando a una situación enmarañada. Podría estar pidiéndote que uses un día para escribir y rever tu progreso. Al hacerlo podrás recordar COMO estás creando una nueva o diferente fase en tu vida.
La Araña trae una clase diferente de mensaje cuando ve que estás quedando demasiado involucrado en el tejido de los planes de tu vida, sin darte cuenta de las oportunidades que se presentan fuera de tu tela. Si este es el caso, te llama la atención para que te notes que algo que habías tejido ha dado sus frutos.
¡Felicitaciones! La Araña te agarró justo a tiempo, antes que perdieras la oportunidad en el borde de tu tela o realidad.
Su mensaje más importante es que eres un ser infinito que continuará tejiendo los patrones de vida y viviendo a través del tiempo. No dejes de ver la expansión del plan eterno.
Un regalo de Orgonites Laura Ramírez Gandía, gracias!!!
La araña, en el contexto de la civilización Nazca, y también en otras muchas civilizaciones, ha sido tradicionalmente considerada símbolo de vida (creación, fertilidad y sexo), pero también de muerte (guerra y destrucción). Esta ambivalencia puede rastrearse también en antiguos ritos mediterráneos (como en Mesopotamia, Egipto y Grecia). También se encuentran referencias claras en el continente africano, en Mesoamérica (principalmente, entre los mayas) y entre los nativos norteamericanos y los de las islas del Pacífico.
En Sumeria, la asociación de la araña con el felino (león) de Isthar o Innana, es evidente en numerosos registros arqueológicos. Un poema sumerio dice respecto a Inanna: "Cual un temible león, con tu veneno aniquiliste a los hostiles y a los desobedientes".
Inanna/Ishtar es, además de Gran Madre y diosa de fertilidad, tejedora del destino, aquel en el que quedan entrelazados los hombres. La antigua Inanna y sus derivaciones encarnan siempre a la diosa de la guerra para los pueblos mesopotámicos. Amor (maternal y carnal) y guerra conforman una unidad, que confluyen en la diosa y sus símbolos (ya sea el escorpión o la araña).
En Egipto, la diosa Neith es la encargada de recoger el simbolismo de la araña. Se trata de una deidad cuyos atributos eran el arco, las flechas y el escudo. Una de sus advocaciones es "creadora del semen de los hombres y los dioses"; se encontraba asociada a la fertilidad, además de a la caza y a la guerra. Es también una divinidad funeraria, una de las guardianas de los vasos canopes, y quien ofrecía los vendajes para el cuerpo del difunto.
En Grecia, la diosa Atenea fue la "creadora" de la araña al transformar a la joven Aracné en una de ellas, como castigo por haberla desafiado en el arte de tejer.
¿Diosa de la fertilidad Atenea, entonces? Atenea para los griegos era una deidad virgen y soltera, Las mitologías antiguas convertían en divinidades guerreras a diosas vírgenes o no casadas frecuentemente.., diosas que poseían un fuerte compontente de contenido sexual en potencia.
En cuanto a México, entre los antiguos pobladores de estas tierras hay mucho que referenciar en relación a la araña.
Los toltecas, sin ir más lejos, elaboraban una "comida ritual", llamada "teotlacualli", que era preparada por sus sacerdotes. Sus ingredientes eran toda clase de sabandijas ponzoñosas (arañas, alacranes, ciempiés, víboras, etc.). Con todo ello hacían un ungüento endemoniado, hediondo y mortífero, que ofrecían a sus dioses pero que también servía para otorgar poderes a los sacerdotes frente a las fuerzas de la noche, o de medicina.
Pero el pueblo más importante en cuanto a su relación con la araña fue el maya. Los mayas reverenciaban en su complejo y todavía no bien estudiado panteón a IxChel , su diosa más importante, esposa del dios supremo Itzama. Su nombre significa "Señora del Arco Iris". Era la protectora de los partos y de las tejedoras, pero además, en su forma de araña, era uno de los tres animales vinculados con el Señor de los Muertos; monstruos que, según se creía, tenían como misión devorar a la humanidad cuando llegara el fin del mundo. Las referencias acuáticas, muchas veces relacionadas con las diosas de la fertilidad, también están presentes en Ix Chel: dice una leyenda que una vez Ix-Chel inundó y rehizo la tierra, enviando grandes olas del océano. Vacío su vaso gigante desde los cielos para que la Tierra pudiera limpiarse, y para que la vida pudiera comenzar nuevamente.
Sea como fuere, lo cierto es que la mayor parte de las civilizaciones antiguas han convertido a la araña en símbolo de la diosa creadora y, después, en madre de los dioses.
"Como ya hemos visto, la relación entre creación y sexo es evidente en el caso de los animales. El agua equivale al sexo en el mundo vegetal. Fertilidad y lujuria son, pues, componentes de la divinidad arácnida. Otras asociaciones de la araña surgen también de forma natural. La construcción de telas, la forma en que algunas especies se deslizan por los hilos, y la estructura geométrica de esas construcciones relacionan a la araña con el hilado y con el destino, o la convierten en medio de comunicación –hilo conductor– entre el hombre y el universo o los dioses. La araña debe ser necesariamente mujer. Por un lado, es Madre y sólo las mujeres son capaces de parir. Por otro, la araña es hilandera, actividad tradicional exclusiva de las mujeres. En muchos sentidos, la araña es la esencia de lo femenino, incluido el lado oscuro del sexo, por lo que tiene de irresistible y de debilidad para el varón teóricamente dominante; placer y peligro a un tiempo. Peligro, por que la araña es una experta cazadora, un ser capaz de diseñar trampas invisibles y engaños invencibles. Es la personificación de la astucia, de la sabiduría ancestral aplicada a la obtención del placer (sea una presa a la que devorar o un encuentro sexual... que puede acabar del mismo modo). Y es venenosa, como pronto debió descubrir el hombre primitivo. Un perfecto artefacto para matar. Un aliado frente a las plagas y sabandijas, pero también un doloroso enemigo capaz de producir la muerte. Como tantos animales venenosos, la araña deviene motivo bélico y diosa guerrera. Como hábil trampera, se convierte en diosa cazadora pero también en embustera, tramposa y engañadora. Es un animal listo capaz de conseguir lo que no puede el tamaño o la fuerza (¿el hombre?): el fuego o la propia sabiduría esencial."
En El Testamento MAYA, primer libro de la trilogía maya de Steve Alten, el desierto de Nazca es un punto clave para resolver el misterio de la profecía de los mayas según el libro, los dibujos de las ballenas y del mono, hacen referencia a la tropical península de Yucatán; y la pirámide trazada corresponde a la de Kukulcán, en Chichén Itzá). Además, relaciona los cráneos alargados que se hallaron en Nazca, con los encontrados por toda mesoamérica, insistiendo que las líneas y dibujos trazados en ese desierto, fueron obra del rey-dios mesoamericano de cráneo alargado: Kukulcán / Quetzalcóatl.
En el segundo libro de la trilogía Los cinco guardianes de A. Horowitz las líneas de Nazca aparecen representando una puerta con otra dimensión donde están atrapados unos monstruos legendarios.
La práctica del tejido con telar es una manifestación característica del pueblo MAPUCHE y parte del rol de la mujer como transmisora de su cultura.
En el mito cosmogónico mapuche, la Lalen Kuzé (ARAÑA MADRE) es la primera tejedora. Ella enseñó a tejer a Ulche Domo, la figura femenina mítica del origen, quien a su vez le enseñó a las primeras mujeres mapuches.
De este modo, todo el proceso del tejido desde el lavado de la lana de oveja, escarmenado, hilado y teñido, tiene un carácter ceremonial que vincula elementos del mito cosmogónico mapuche: el mundo sobrenatural con la tierra y el mundo natural.
Es así como la tierra entera habla y los colores, que éxtraidos de la naturaleza se aplican a los tejidos, plasman ese lenguaje. Lo mismo ocurre con los dibujos del tejido, ya que son representaciones de la cosmovisión y sabiduría del pueblo mapuche.
El tejido es, por tanto, una metáfora para entender la relación entre lo cotidiano y lo sagrado, entre lo divino y lo terrenal. Por esto, la tejedora ocupa un lugar de privilegio social, pues su arte no es sólo una demostración de habilidad manual, sino una estrategia pedagógica para entender y para enseñar a los hijos; para transmitir conceptos morales, la religiosidad de su pueblo, una oportunidad para evocar los mitos, para hablar de la vida de antes.
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