En estos días todo el viento del mundo sopla en tu dirección. La Osa Mayor corrige la punta de su cola y te corona con la estrella que guía la mía. Los mares se han torcido con no poco dolor hacia tus costas. La lluvia dibuja en tu cabeza la sed de millones de árboles, las flores te maldicen muriendo celosas. En estos días no sale el sol, sino tu rostro, y en el silencio sordo del tiempo gritan tus ojos: Ay! de estos días terribles, ay! de lo indescriptible. En estos días no hay absolución posible para el hombre, para el feroz, la fiera que ruge y canta ciega, ese animal remoto que devora y devora primaveras.
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