viernes, 13 de agosto de 2010
Asanas - Control del cuerpo, control de la mente Ana M. Desirello
Los asanas son esquemas corporales que tienen diferentes efectos sobre el cuerpo y sus funciones, el carácter, las energías, la mente y el sistema emocional. Estas posiciones corporales del yoga exigen necesariamente la observación estricta de una técnica y unos requisitos para complementarse y enriquecerse recíprocamente.
El asana es una técnica de persuasión positiva para el cuerpo y la mente y se clasifica en dos grandes grupos, según actúen más directamente sobre el centro mental o sobre el cuerpo. Unos son los asanas de meditación, que son utilizados principalmente para llevar a cabo las técnicas de interiorización, y los otros son los asanas psicofisiológicos que ejercen más que nada, su beneficio sobre el cuerpo, sus funciones y sus energías. Esto es así porque favorecen los tejidos y el organismo, previenen contra determinados trastornos físicos o psicosomáticos, activan todas las zonas del cuerpo y se encargan de que sean abastecidas de sangre para revitalizarlas, y colaboran en el perfeccionamiento del sistema circulatorio.
Si bien 84 posturas son las tradicionales y de ellas 20 las fundamentales, las posturas del yoga son miles. Son llamadas por nombres de animales, plantas, héroes, sabios, magos y divinidades o también según la característica del asana en sí. Mediante la ejecución de las mismas, se aprende a familiarizarse con el esquema corporal, a controlarlo y a utilizarlo de instrumento para lograr la conquista y dominio de la mente y pacificar las emociones.
El asana es más eficaz si se hace y deshace con movimientos lentos y controlados; si se mantiene la postura lo más que se pueda; si se realiza con una respiración pausada, uniforme y nasal; si se mantiene la mente concentrada durante la realización de la postura; y si los esfuerzos son graduales y racionales pero nunca excesivos. Por ello exige control sobre el cuerpo, las energías y la mente.
Las posturas colaboran en la reunificación de todas las energías dispersas. Además relajan y sedan, por eso combaten el estrés. Deben realizarse con una mente concentrada, con el estómago vacío, con prendas cómodas, sobre una superficie firme pero no dura. Por último, se debe ser perseverante para que a través del control sobre el cuerpo, se obtenga el de la mente.
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