domingo, 25 de julio de 2010
El budismo - Método de liberación del sufrimiento Ana M. Desirello
El Budismo no es una religión sino un método de liberación; una psicología, un sistema progresivo de entrenamiento ético y mental para despertar a la verdadera realidad a través de la adquisición de la más alta sabiduría. Es una enseñanza para conducir al ser humano más allá del sufrimiento.
Buda comprendió que lo que más le importaba al ser humano era liberarse del sufrimiento, por eso indagó sobre la naturaleza del mismo. La causa es el afecto que tenemos por las cosas; y como todo lo compuesto se descompone, todo lo que nace muere, el apegarse provoca sufrimiento y frustración. Según el budismo, podemos despertar a realidades superiores con nuestro propio esfuerzo, sin ayuda de terceros.
La meta de todo practicante del Budismo es el Nirvana, que representa la liberación definitiva del dolor, la iluminación, la paz total, la máxima felicidad. La persona que llega a esta etapa conquista para siempre su independencia.
Como somos responsables de nuestros actos, vamos a recibir el resultado de ellos. El ser humano común vive en la ignorancia y ésta es la fuente de todo mal, de toda desarmonía, entonces la mente está llena de ira, de envidia, de maldad y de celos, por lo tanto no está capacitada para encontrar la liberación, más allá de las apariencias. Está siempre en conflicto, crea autoengaños y oscuridad. Para revertir esto se recomienda insistir en la vigilancia, la atención rigurosa, la transformación interior y el desarrollo de las mejores cualidades humanas. Debemos centrarnos en la recta comprensión (percibir el modo real de las cosas), el recto pensamiento (pensamientos sanos y constructivos), las rectas palabras (no mentir, no agredir y no tener conversaciones vacías), los rectos medios de vida (no perjudicar a los demás), el recto esfuerzo (para superar todos los impedimentos) y la recta atención (cuanto más atentos estemos menos daño haremos).
En pocas palabras, hay que desarrollar la otra visión de la vida, que tan oculta tenemos. Se logra siguiendo un entrenamiento que exige moralidad, meditación y sabiduría. La moralidad representa la impecabilidad de la conducta, es el primer paso para la autorrealización. Cuando la mente está libre de pensamientos negativos y malos va a estar mejor predispuesta para el entrenamiento meditacional y la conquista de la Sabiduría.
La conducta ética es importante pero insuficiente sin el entrenamiento y cultivo de la mente. De igual modo el cultivo de la mente sin la moralidad tampoco es suficiente. Por lo tanto, el triple entrenamiento: conducta ética, entrenamiento mental y sabiduría, es necesario para alcanzar la cima espiritual.
Si una se esfuerza, es atenta, pura en conducta, discrimina, se autocontrola y vive de forma recta y despierta, la gloria aumentará constantemente. La actitud de la mente es esencial porque controlada, proporciona felicidad.
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