Swami Paramananda - Biografía

Swami Paramananda (1884-1940), nació en una prestigiosa familia de Bangladesh, India. Tenía sólo 17 años cuando se unió a la segunda generación de monjes de la Orden Ramakrishna. Se encontró con su maestro espiritual, el bien conocido Swami Vivekananda, quien le dio votos monasticos, convirtiéndolo en el más joven de sus discípulos. Swami Paramananda fue enviado en trabajo misionero a Los Estados Unidos en 1906, cuando sólo contaba con 22 años de edad. Fue nombrado asistente de Swami Abedhananda, en el centro de New York. Su misión en los Estados Unidos se propagó rápidamente, fundando un centro en Boston en 1909 y luego en la Crescenta, California. Paramananda publicó la primera revista de Vedanta en occidente: "The Message of the East" y dio clases y conferencias en América y Europa durante 34 años hasta el día de su muerte en 1940. Entre sus publicaciones cuentan 17 títulos y 4 de poesía mística. Siguiendo los pasos de su padre, docente y pionero en el trabajo para la educación de la mujer, el Swami fundó también 2 centros educativos en Kolkata, India, que todavía funcionan.

EL POBRE Y LA PERLA
La perla de gran precio yace profundamente escondida.

Como un pescador de perlas, alma mía, bucea,
bucea profundamnete,
bucea aún más profundamente, ¡y busca!
Tal vez no encontrarás nada la primera vez.

Como un pescador de perlas, alma mía.
Sin cansarte, insiste, insiste de nuevo,
bucea profundamente, cada vez más profundamente,
¡y busca!

Los que no conocen el secreto,
se burlarán de ti,
y te sentirás triste por ello.
Pero no te desanimes,
pescador de perlas ¡alma mía!

La perla de gran precio está ciertamente allí escondida,
escondida en lo más hondo.
La fe es la que te ayudará a encontrar el tesoro
y es ella la que permitirá que lo que estaba escondido
sea por fin revelado.

Bucea, bucea aún más profundamente,
como un pescador de perlas, alma mía,
¡y busca, busca sin cansarte!

Il povero e la perla
La perla di gran valore è nascosta profondamente.
Come un pescatore di perle, o anima mia, tuffati,
tuffati nel profondo,
tuffati ancora più giù, e cerca!
Forse non troverai nulla la prima volta.
Come un pescatore di perle, o anima mia,
senza stancarti, persisti e persisti ancora,
tuffati nel profondo, sempre più giù,
e cerca!
Quelli che non sanno il segreto,
si burleranno di te,
e tu ne sarai rattristato.
Ma non perdere coraggio,
pescatore di perle, o anima mia!
La perla di gran valore è proprio là nascosta,
nascosta proprio in fondo.
E' la tua fede che ti aiuterà a trovare il tesoro
ed è essa che permetterà che quello che era nascosto
sia infine rivelato.
Tuffati nel profondo, tuffati ancora più giù,
come un pescatore di perle, o anima mia.
E cerca, cerca senza stancarti!

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