sábado, 2 de enero de 2010
El faro del fin del mundo - Ushuaia - Argentina
La luz del fin del mundo
Una lámpara de aceite encendida, que proyectaba luz a través de la ventana-lupa de un edificio circular, de 12 metros de diámetro, emplazado en la isla de los Estados, se convirtió, en 1884, en la única claridad al sur de Buenos Aires, dando lugar a uno de los grandes mitos históricos de la zona austral: el faro del Fin del Mundo, El mito de esta señal lumínica fue engrandecido, tal vez, por su vinculación con la novela del escritor francés Julio Verne que, en realidad, fue escrita algunos años antes de que la División Expedicionaria al Atlántico Sur, comandada por el coronel de Marina, Augusto Lassere haya empezado a construir el faro, cinco meses antes de fundar la subprefectura de Ushuaia que dio origen a la capital de Tierra del Fuego.
Aunque el genio de Verne se anticipó a los hechos, todo indica que el novelista conocía la zona, ya sea por haberla visitado en persona, por haber leído o escuchado relatos de viajeros, o por haber dejado volar la fantasía a partir de los mapas de la época, porque en el texto, además de mencionar varias veces a la isla de los Estados, incluye párrafos que aparecen como premonitorios de lo que sucedería tiempo después.
Carlos Vairo, en su libro "La isla de los Estados y el faro del fin del mundo", observó que Verne ubica al faro "en aquellas altas latitudes, a los cincuenta y cinco grados del hemisferio austral" (cerca de la verdadera posición del faro) y cita: "y el silencio volvió a reinar en la isla de los Estados, situada en el punto donde confluyen las aguas del Atlántico y el Pacífico".
Para contar la vasta historia de este faro en un párrafo, hay que decir que fue inaugurado el 25 de mayo de 1884, pero que un grupo de carpinteros y herreros siguieron trabajando durante dos meses más; que en 1902 el faro fue trasladado a la isla Observatorio; que en 1976 fue declarado "monumento histórico nacional"; y que el edificio destruido por el paso del tiempo fue reconstruido por un grupo de navegantes franceses, en febrero de 1998, con planos que no respetaban el diseño original simplemente porque los planos de la obra inicial no fueron archivados y se habría perdido para siempre.
El faro actual
Los restos del faro de San Juan de Salvamento, como fue bautizado por Lasserre hace 119 años, fueron trasladados en 1997 al Museo Marítimo de Ushuaia, que funciona en el antiguo presidio de la ciudad y sirvieron como eje histórico para la construcción de una réplica del faro en pleno centro de la ciudad.
Allí se recrea lo que fue la vida cotidiana cuando el faro funcionaba en isla de los Estados, con muñecos que simulan ser los "fareros", además de fotografías antiguas y actuales del edificio y cartas náuticas de la zona. La maqueta quedó inaugurada el 3 de octubre de 1997.
En cambio, en la isla de los Estados, una moderna y amplia construcción reemplazó al faro hecho por la gente de Lasserre. La puerta de acceso tiene una ballena tallada en madera y la luz del faro es alimentada por paneles solares, lejos del aceite que se combustionaba e iluminaba con dificultad hace más de un siglo.
El jueves 27 de febrero de 1997, un año antes de que los navegantes franceses construyeran el nuevo edificio, los restos del faro fueron recuperados por el ropehielos almirante irizar que navegaba desde la Antártida a Ushuaia y luego al puerto de Buenos aires.
La maniobra no fue fácil. El buque hizo una escala en Isla de los Estados y retiró los objetos que quedaban sanos del antiguo faro, maniobra para la que debieron utilizar el helicóptero que lleva a bordo el barco antártico argentino.
La Asociación de Amigos de la Isla de los Estados, envió a una comisión de veteranos carpinteros integrada por Vicente Pinto (56), Ignacio Javier Inda (72) y Enrique Inda (79), este último autor de libros históricos sobre Tierra del Fuego, quienes en diciembre de 1999 viajaron a San Juan del Salvamento en el buque polar Ice Lady Patagonia para realizar tareas de conservación y pintura del faro.
Los voluntarios permanecieron solos en la isla durante cinco días y, en ese tiempo, instalaron dos ventanas, colocaron receptores de los tubos de desagüe del techo tal como era el edificio original y la foto histórica tomada por la expedición belga de Adrién de Gerlache, además de pintar el exterior con pintura blanca.
Entanto, las viejas maderas que pertenecieron al faro de Lasserre fueron colocadas en el piso, a modo de explanada al salir del faro, que funciona como un mirador desde donde se tiene una bella panorámica de la costa de la isla y el mar.
El faro está enclavado en esa zona por sugerencia de Luis Piedra Buena, un baqueano del mar austral que dedicó buena parte de su vida al rescate de náufragos y la destilación de grasa de pingüinos y lobos en isla de los Estados, donde había pedido a las autoridades argentinas la instalación de faros en 1868.
Llega Lasserre
El Gobierno respondió al pedido de Piedra Buena varios años después. El 24 de septiembre de 1883, el ministro de Guerra y Marina, con acuerdo del Poder Ejecutivo y del Congreso, decreta el nombramiento de Augusto Lasserre como comandante de la División Expedicionaria al Atlántico Sur, con el objetivo de fin dar faros y subprefectura en la zona austral del país.
Los líderes de la expedición preparan un presupuesto holgado, pero por razones ligadas al aspecto económico se deben conformar con un respaldo más flaco, lo que restringe el plan de acción de Lasserre en el Sur.
Aún así, cargan, en siete buques, desde maderas y lámparas, pasando por ganado en pie, carbón de combustible, víveres y personal para el trabajo encomendado.
La expedición llegó a la isla de los estados entre el 18 y el 28 de abril de 1884, compuesta por la cañonera "Paraná", en la que viajaba Lasserre; el buque de transporte "Villarino"; la goleta "Cabo de Hornos"; el aviso "Comodoro Py"; los cuters "Patagones", "Bahía Blanca", "Santa Cruz" y la barca "María T".
Los navegantes fondearon en el puerto de San Juan, un profundo accidente geográfico que se interna en la isla como una lengua de agua que termina en una playa de piedras por la que es posible caminar y trepar a las laderas de la escarpada isla de los Estados.
Desde allí es posible acceder al lugar donde terminó estando emplazado el faro del fin del mundo. Los constructores pasaron allí el invierno de 1884, donde nevó copiosamente durante 50 de los 90 días, entre junio y agosto.
Aunque el faro quedó inaugurado el día de la Revolución de Mayo, la principal fecha patria del país, con una ceremonia que guardó todas las formas protocolares y jerárquicas de una organización castrense como la Marina, un equipo de técnicos debió permanecer un mes más en el lugar para poder terminar con la obra.
Los investigadores que recorrieron la isla y conocen en profundidad su historia, como el licenciado Vairo, no comprenden las razones que llevaron a los entonces únicos habitantes de la isla a construir un cementerio cerca del Faro, donde aún quedan restos de seis cruces.
Una luz en la nada
Cuando el faro del fin del mundo empezó a brillar, perforó la oscuridad milenaria de la noche en el mar austral, donde no latía una luz en tres mil kilómetros a al redonda y donde eran frecuentes los hundimientos de barcos que se aventuraban por estas latitudes en busca del cruce bioceánico del cabo de Hornos o el estrecho de Magallanes.
Por ese entonces, los fareros encendían la lámpara de aceite que originaba la luz, todos los días del verano a las 19:45 y lo apagaba a las 4:17 del día siguiente. En cambio, en el invierno, el encendido se producía a las 16:20 y se apagaba a las 7:40
Para dar una idea de la actividad náutica que registraba la isla de los Estados, el libro de guardia del faro, cuatro años después de haber sido construido, registró, por parte de los fareros, la presencia en la zona de 102 fragatas y 80 barcas en un año.
El Faro del Fin del Mundo funcionó hasta 1902, año en que fue trasladado a la Isla Observatorio y quedó en desuso. La actividad erosiva de las inclemencias del tiempo, y la depredación del hombre dejaron al antiguo edificio en ruinas hasta que fue reconstruido hace cuatro años.
EL ENCARGADO DE CONSTRUIR EL FARO HABLA DE SU OBRA EN UNA CARTA
Lasserre dixit
En una carta dirigida al ministro de Marina, el comandante de la Expedición que tuvo a su cargo la construcción del faro, se refiere a la obra que inauguró el 25 de mayo, cinco meses antes de arribar a Ushuaia a fundar la subprefectura que dio origen a la ciudad:
"(El faro) consta de un gran edificio circular de 11 metros de diámetro por 6,2 de altura hasta el vértice del agudo con lo que forma el techo".
"Enterrado y asegurado convenientemente con vientos de cabo de alambre atraviesa a todo el edificio y sirve de eje al tambor y grada donde se coloca el juego de luces cuya combinación forma el faro. Comprendiendo además ese edificio las habitaciones de los hombres encargados de su cuidado y los gabinetes donde, en estantes, se colocan los tubos, vidrios y demás utensillos para el servicio reglamentario, el laboratorio y la despensa".
"Unida a ese edificio por medio de un puente, está la oficina de telégrafo de señales internacionales, observatorio meteorológico y la habitación del oficial encargado del faro".
"Todos los trabajos, señor ministro, se han efectuado con la mayor solidez, teniendo en cuenta también las condiciones higiénicas requeridas por el rigor de las estaciones y la constante humedad de esta isla".
"Los recios temporales que durante los meses de mayo, junio y el presente se han sufrido en esta región, han comprobado cuanto es posible la solidez de las construcciones ejecutadas no habiendo sufrido ninguna de ellas la mas insignificante alteración".
LAS FECHAS CLAVE EN LA HISTORIA DEL FARO
Los cinco fogonazos de la historia
El resumen de una reseña histórica del faro de San Juan de Salvamento, destaca cinco momentos fundamentales:
1884: el 25 de mayo se inaugura el Faro de San Juan de Salvamento.
1902: se desactiva el faro y se instala el de Año Nuevo, en la Isla Observatorio.
1976: se declara Monumento Histórico Nacional.
1997: se retiran los restos del "Faro del Fin del Mundo" y se trasladan al Museo de Ushuaia
1998: se inaugura la réplica del Faro, donada por los franceses.
La historia cuenta que hacia fines de 1800, los piratas que operaban en la zona austral utilizaban señales falsas para guiar a los buques que navegaban en la zona, sobre todo a los que trataban de huir de las frecuentes tormentas de viento y nieve, para guiarlos hasta sus propias garras.
Los tripulantes caídos en desgracia terminaban siendo asesinados y las pertenencias del barco encallado robadas por los bandidos que se marchaban impunes con el botín.
El encendido del Faro del fin del mundo cambió la seguridad en la navegación de la zona, aunque no pudo evitar que siguieran ocurriendo hundimientos y varaduras en una zona transitada y de difícil navegación.
La colocación del faro en la denominada punta Lasserre no fue, al parecer, la mejor decisión porque la luz era de difícil localización para los marineros a menos que pasen a 8 kilómetros del destello.
Esta fue la razón del traslado del faro a la isla Observatorio, un sitio plano, ubicado en frente de la isla de los Estados protegida de los vientos del sur. Ambas señales fueron pioneras al faro de Cabo Vírgenes que comenzó a destellar en 1904, en la boca del estrecho de Magallanes, una ruta codiciada por entonces hasta que en 1914 se inauguró el Canal de Panamá.
ES UN ORIGINAL DE LA PRIMERA EDICIÓN DE "EL FARO DEL FIN DEL MUNDO"
Exhiben en Ushuaia una reliquia de Julio Verne
Un segundo ejemplar de la misma edición se muestra en París.
USHUAIA - Uno de los dos únicos ejemplares que se conocen en el mundo de la primera edición francesa de "Le phare du bout monde" ("El Faro del Fin del mundo") de Julius Verne, es la pieza estelar de la biblioteca del Museo Marítimo de Ushuaia.
El antiguo volumen editado en 1905, tras la muerte de Verne, se luce dentro de una vitrina instalada en el centro del hall de ingreso a la biblioteca y concentra la atención de los visitantes, argentinos y extranjeros, que se inclinan sobre el vidrio tratando de descifrar el texto en latín "Les mondes connus-it inconnus" escrito en un óvalo de la portada con letras doradas.
Las autoridades de la biblioteca, creada a menos de 200 kilómetros del sitio en isla de los Estados donde funcionó el faro que supuestamente inspiró la obra, tomaron la precaución de fotocopiar las páginas ilustradas por George Roux para exhibirlas en las paredes de la sala.
El libro fue donado por el Centro de Documentación de Julio Verne con sede en París, donde preservan al segundo ejemplar conocido de la partida que salió por primera vez de una imprenta.
Faro de San Juan del Salvamento
El faro de la foto es el Faro de les Eclaireurs que se encuentra en una pequeña isla en el Canal de Beagle. No es el faro de la Isla de los Estados sobre el que versa la historia de Julio Verne: El Faro del Fin del Mundo.
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