lunes, 18 de enero de 2010
Desplegá tus dones
El pulsar de este mensaje es un refinado espejo donde la luz de tu espíritu se refleja, para que contemples su intenso brillo en medio de la sofocante sensación de agitación y confusión que se apropia de las calles. Ese resplandor está ahí para que recuerdes tu propósito de alumbrar entre las vibraciones densas que se abastecen del miedo para impedir que más corazones se abran y sientan. Seguí brindado apoyo. Encarnaste para iluminar. Auxiliá. Desplegá tus dones.
Movilizarse en espacios caóticos y desarmonizados, donde se respira violencia e inseguridad, a veces hace que olvidemos nuestro propósito de servir, por eso estas diáfanas palabras revelan los destellos de tu esencia para que rememores el noble sentido de tu paso por la Tierra. Estas instancias son decisivas. Aceptamos trabajar para alumbrar la oscuridad de la inconsciencia. Más personas precisan vivenciar que el amor es el camino que libera, sana, eleva y equilibra.
La energía que desde el centro de nuestra galaxia está llegando con mayor celeridad tiene el insondable poder de llevarnos hacia nuestro cielo interno si somos capaces de desacorazarnos y fluir, en vez de resistir y permanecer entre súplicas y lamentos. Somos puentes que enlazan lo mundano y lo divino. Nuestro leal compromiso está en lograr que otros se animen a volar, plasmando en la dimensión física sus anhelos y sentimientos más genuinos. A eso vinimos.
El camino de ascensión es una colosal cruzada que exige no sucumbir. Por eso hoy volverás a levantarte, volverás a empoderarte e irradiarás todavía más. Millones de hombres y mujeres necesitan señales claras y confiables que los impulsen a Ser, para trascender la indiferencia y el desánimo que les dificultan reconocer que el amor es la vía hacia un presente más reluciente, próspero y humano, donde vibremos unidos. Que suene bien alto el cuenco cristalino de tu fe.
Nadie está exento de los golpes y el cansancio, de ahí que estas letras espejen el fulgor de tu interior para que renueves tu confianza y liberes todo tu potencial. Saben que tenés el temple necesario para seguir esparciendo la luz de la consciencia. Se te cuida. Se te ama. Se te alienta a continuar. Tu bella maestría es llamada nuevamente al escenario de la vida para activar a los ángeles humanos que aún duermen. Sos asistido. Abrí tus alas. Relumbrá. Desplegá tus dones.
Julio Andrés Pagano
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