jueves, 31 de marzo de 2011

Equinoccion de Marzo 2011: El nacimiento de la conciencia de Unidad


Rejilla de Cristal, imagen de Tammie Stair

Traducción: Margarita López
Edición: El Manantial del Caduceo
http://www.manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

He estado tratando de escribir algo durante la mayor parte de este mes, pero cada vez que me siento a escribir siento como si algo dijera: “no, detente, así no”. Los Cambios en las últimas semanas han sido tan inmensos y tan profundos que parece poco apropiado seguir haciendo las cosas de la misma manera de siempre. Algo nuevo está naciendo, una nueva conciencia y una nueva manera de Ser… y como la mayoría de ustedes todavía estoy tratando de descubrir cómo articular y tantear nuestro camino en esta nueva fase de nuestra evolución.

Por lo tanto, esto no es una canalización propiamente, aunque mucha de la información viene a través de las fuentes canalizadas con las que trabajo, incluyendo al Arcángel Miguel y las energías Cetáceas. Son más bien mis propias observaciones de los profundos cambios desde la perspectiva de la Realidad del Plano Terrestre y nuestra experiencia de Co-Crear aquí con el Espíritu. He sido un canal por muchos años y tengo un gran respeto por el proceso, pero he llegado a ver que a medida que entramos en este nuevo período de la "Conciencia de Unidad" nuestra comprensión del proceso de canalización va a cambiar conforme entendemos la verdadera Naturaleza de lo que significa para nosotros este paso hacia una Nueva Realidad.

Estamos cambiando nuestra percepción de Quién y Qué Somos, mientras avanzamos hacia una nueva comprensión de nuestro lugar en la Realidad Cósmica. Y cómo nos relacionamos Unos con Otros dentro de esa Nueva Realidad. Y esto está sucediendo de una forma tan acelerada que la mayoría de nosotros todavía estamos recuperándonos de los cambios y transformaciones. Hemos sabido desde hace tiempo que la Tierra se estaba preparando para este cambio, así que no es ninguna sorpresa para nosotros, pero lo sorprendente es la forma que está tomando y cómo se nos está empujando a adaptarnos a un ritmo tan rápido. Creo que la mayoría de nosotros imaginábamos que la Nueva Realidad sería muy parecida a la vieja, sólo que mucho mejor. Y yo creo que lo será, mucho mejor, quiero decir, cuando esté completamente en posición, pero en este momento estamos en una fase de Transición en la que estamos pasando de lo viejo a lo nuevo, y este Equinoccio actual es el momento en que metemos la directa y entramos en los cambios a un ritmo que será más allá de lo que la mente humana puede captar y comprender.

Esto puede sonar atemorizante, porque nos hemos acostumbrado tanto al poder de la mente racional en esta Era de la Lógica y la Razón, y pensamos que debemos poder explicarlo todo y controlarlo todo, incluso en nuestra práctica Espiritual. Hemos llegado a creer que nuestra capacidad de crear y co-crear significa que estamos "en control" de todo en nuestra realidad. Bueno, en el Nivel Superior lo estamos, pero no en el nivel de abrirnos camino a través de esta transición mediante nuestros pensamientos, o encontrar formas de hacer que parezca cómoda. Si nos enfocamos desde un nivel totalmente mental y emocional, vamos a estar muy incómodos.

Sólo hay una manera de decirlo… la Era de la Mente ha terminado… hemos pasado a una Nueva Fase de Nuestra Evolución. Estamos necesitando algo diferente para darle sentido a nuestra Realidad y a lo que está por venir en los meses que siguen. El concepto de la Novena Onda del Calendario Maya tal vez explique el rápido cambio a una nueva fase de ser donde de algún modo la mente no puede entender todavía lo que está sucediendo. Sí, sabemos que tenemos que entrar en nuestros Corazones, nos han dicho eso, ¿pero qué significa eso en realidad?

Al ir tanteando por este material canalizado, he tenido que abordar dos conceptos… uno es la naturaleza del Amor y el Amor Divino, y el otro es la Conciencia de Unidad misma. En la última canalización inédita del Arcángel Miguel, el Amor se define como "Inteligencia Creativa Divina". Lo que experimentamos como Amor Divino es el despliegue de una Inteligencia que creó y evolucionó a través de esa experiencia de creación. Nosotros somos parte de ese flujo de Amor y expresamos ese Amor en quienes somos. Cuando estamos alineados con ese flujo de Amor podemos sentirlo como sustentador y abundante y hermoso. Cuando nos alejamos de ese flujo de Inteligencia Creativa Divina en su rol creativo sentimos el lado opuesto de la energía… la falta de creación y la destrucción que permite que surjan nuevas formas que sí expresen la Inteligencia Creativa Divina.

Así simplemente parece ser la forma en que funcionan las cosas… los antiguos sabían esto y también lo saben los pueblos Indígenas. Uno tiene que vivir en Armonía y Respeto por la Naturaleza, de lo contrario se encontrará alejándose de la Inteligencia Creativa Divina, y luego será reemplazado por la Nueva Creación. También sabemos, a través de nuestro Trabajo Espiritual en las últimas décadas, que esta Inteligencia Creativa Divina, que podríamos llamar Dios, nos ha dado la oportunidad de trabajar juntos para realinearnos con ese Flujo y ser parte de la Creación de la Nueva Tierra que va a expresar la Voluntad Creativa Divina. Todo está en Orden Divino y todo es como lo deseamos y por lo que trabajamos.

Lo que está sucediendo ahora y va a suceder en el futuro es una Expresión de la Inteligencia Creativa Divina y del Amor en su forma más elevada. Podemos estar seguros de eso.

Creo que ése será el primer lugar donde vamos a tener que aceptar que a la mente le resultará difícil comprender muchas de las cosas que van a suceder en nuestra realidad. No va a ser ordenado y prolijo y no vamos a tener control sobre muchas de las cosas que van a suceder global o personalmente. El "control" les será entregado a los Niveles Superiores de nuestro Ser, y a aquellos niveles que llamamos Espíritu y Ángeles y Seres Celestiales. A ese Nivel de nuestro Ser. Sólo podemos servir al Propósito Divino tal como se manifiesta en nuestras vidas. Aquí es donde tenemos que "evolucionar" y estar dispuestos a "escuchar" al Corazón. Yo definiría al Corazón como el Receptor de la Voluntad Divina y la Verdad. Vamos a tener que escuchar por dentro para oír esa profunda voz de la Voluntad Divina y la Verdad que está dentro de nosotros.

Aquí es donde los canales pueden ser útiles. Quienes son canales claros son capaces de conectar con este nivel de Realidad y conectar con lo que se está Creando y Viviendo en estas Dimensiones Superiores y traducirlo en formas que puedan ser comprendidas por la Mente. Pero, en esencia, un canal puro debe proporcionar una experiencia de "ya saberlo", porque habla de lo que ya se conoce en un nivel profundo, pero que ahora se está abriendo paso hacia los niveles mentales para ser comprendido por la mente.

En el pasado, nuestros ancestros entendían la importancia del "conocimiento profundo", y esta función la cumplían los Chamanes y Videntes que podían caminar y danzar en el Tiempo del Sueño y traer consigo los "mensajes" de aquellos que servían a la Inteligencia Creativa Divina en los Niveles Superiores de la Creación. Pero evolucionamos hasta un estado en el que empezamos a confiar en la Mente más que en la Inteligencia Profunda, y no podíamos escuchar la voz de la Sabiduría Profunda con tanta claridad. Nos olvidamos de escuchar a los Sabios y Visionarios y empezamos a seguir a la Mente.

Bueno, podemos decir que todo esto fue parte de la Evolución de nuestro Planeta y nuestra Especie a este punto, y todo en Orden Divino, ya que así fue. Pero, al dar el siguiente paso en nuestra evolución, el Conocimiento Profundo como forma de alinearnos con la Inteligencia Creativa Divina se ha vuelto necesario para cada uno de nosotros. Tenemos que sentir y saber, en vez de pensar.

Así pues, mientras escribo esto y mientras ustedes lo leen, van a tener que "sentir" la Verdad, así como leer con la Mente. Ambos niveles deben participar juntos, porque esto es lo que significa Vivir alineados con el Corazón… el Corazón dirige y la mente sigue.

Fluyendo a la Conciencia de Unidad

Entonces, la siguiente pregunta parece ser qué sería exactamente la "Conciencia de Unidad", y cómo podría ser diferente al tipo de Conciencia que hemos experimentado hasta ahora.

En nuestro Mundo Moderno, tenemos un gran énfasis en el Individuo y la Conciencia Individual, y me atrevería a decir que el "Individuo" ha sido el mayor "mito" de la Era de la Mente.

En la Nueva Realidad vamos a tener que enfrentar la Verdad básica de que si bien podemos vernos como "entidades individuales" o "expresiones individuales" de energía, en realidad todos somos expresiones de Una Inteligencia Creativa que nos convoca para poder crecer y experimentarse a sí misma. En realidad somos "ilusiones" en cuanto a que no tenemos existencia individual, o somos todos "canales" para la expresión de la Energía Divina en algún sentido. En otras palabras, hay un ser más grande y más poderoso que se está expresando a través de nosotros y a través de toda la creación, y este Ser está determinando la dirección de la Creación, no Nosotros. Bueno, nosotros tenemos una parte…. en esta Nueva Realidad se nos invita a entender que ahora somos Co-Creadores, en cuanto a que podemos trabajar con esta energía para determinar cómo nos gustaría que esa energía se manifieste de nuestro lado, pero tenemos que hacerlo en alineación con el flujo mayor de energía.

Sí, todos sabíamos eso… nos gusta decir "somos Uno" y "Namasté"…. pero luego nos gusta seguir actuando como si fuéramos en verdad "individuos". No estoy tratando de negar nuestro Ser, pero mi sensación es que somos más bien una "Combinación". Me he dado cuenta recientemente de que mi identidad es la de todas las personas que he conocido y con las que he interactuado en mi vida. De hecho, somos Uno, nos convertimos en parte unos de otros mientras desempeñamos nuestra parte en las vidas de los demás día a día.

Este concepto es inmensamente liberador en cierto sentido. Ya no estamos restringidos por conceptos de Acusaciones y Culpas por las cosas que pueden ir "mal" en la vida. Si podemos comprender, como hemos empezado a hacer recientemente, que todos estamos en el Flujo de esta energía, entonces entendemos que lo que expresamos proviene de una fuente profunda que es más grande que nosotros, y que, como sabían nuestros ancestros, mantener la comunidad en su conjunto en un manera estable y equilibrada es la clave para que las personas vivan vidas "individuales" felices, y no al revés. Estamos volviendo a aprender eso muy lentamente.

Sí, ahora tenemos una Comunidad Global enorme y estamos teniendo que enfrentar la forma en que la falta de equilibrio en la Comunidad se expresa en nuestra vida diaria como una falta de Equilibrio dentro de Nosotros como "individuos". Poco a poco, estamos viendo que lo que se expresa en nuestro Planeta ha entrado tanto en la fase de "destrucción" de la Inteligencia Creativa Divina, que nos resulta difícil alinearnos con los aspectos Creativos y Positivos de nuestro Ser Profundo.

La Clave es la Compasión

Así pues, en este punto podrían preguntar… ¿cómo podemos empezar a realinearnos con esa profunda Sabiduría y Verdad Interior dentro de nosotros mismos, como "individuos" y dentro de nuestras comunidades?

Tengo entendido que la clave es la Compasión… esa Energía tan hermosa que sostiene la Femenina Divina y que está retornando del exilio profundo que ha experimentado bajo el dominio de las formas patriarcales de religión y filosofía en los últimos períodos de nuestra evolución.

La Compasión es una forma de Amor Divino que expresa la verdadera comprensión de la Inteligencia Creativa Divina como Amor y la Naturaleza de la Conciencia de Unidad.

Expresar Compasión es saber que cualquier cosa que le suceda a otro "individuo" o grupo de individuos también les está sucediendo a ustedes y dentro de ustedes, porque cualquier cosa que suceda a ese Nivel Profundo que esté causando esa expresión también es parte de Ustedes.

Es por eso que muchas personas sensibles pueden "sentir" físicamente síntomas profundos cuando ocurre un desastre o cuando hay Llamaradas Solares y tormentas Magnéticas. Sienten dentro del Cuerpo Físico lo que está sucediendo dentro del "Ellos" Colectivo a un Nivel Profundo.

Los acontecimientos que se están desarrollando en Japón en este momento, y también en el Medio Oriente, son nuestra introducción a la Conciencia de Unidad. En el pasado, podríamos haber supuesto que una tragedia tan "local" tendría muy poco impacto en "nosotros", quienes vivimos en sociedades desarrolladas y civilizadas. Estábamos acostumbrados a ver los desastres como cosas que le sucedían a gente lejana en tierras sin desarrollar. Veíamos las imágenes por unos días, tal vez contribuíamos con algo de dinero, y luego seguíamos adelante con nuestras vidas cotidianas. Ahora, tenemos un desastre en un país Desarrollado del Primer Mundo que no va a desaparecer en unos cuantos días. Los problemas presentes en torno a la Planta Nuclear seguirán impactando a Japón y a la sociedad Global, levantando todo tipo de preguntas sobre la forma en que vivimos y la forma en que generamos y consumimos energía. El impacto en la Salud se sentirá en países desarrollados, y habrá una creciente conciencia de que la energía nuclear no sólo es dañina, también es "sucia" para el medio ambiente. Estaba pensando en la intensa contaminación elemental que experimenté cuando visité Port Hope en Ontario, donde se procesa Uranio para la Industria Nuclear en Norteamérica.

La manera en que respondamos va a determinar si sobrevivimos en la Nueva Tierra. La Nueva Tierra está ahí…. la Inteligencia Creativa Divina nos ha permitido saber que aquí es donde nos dirigimos. En este punto se nos está desplazando 180 grados, de nuestro camino de destrucción al camino de la Nueva Creación. En otras palabras, estamos pasando de la Vieja Realidad de la Conciencia Individual de la 3ª Dimensión a la Nueva Realidad de la Conciencia de Unidad de la 5ª Dimensión.

¿Cómo vamos a responder? ¿Cómo vamos a entrar en la Conciencia de Unidad? No puedo decir que lo sé, sólo que sé que lo haremos. Tengo fe en el Ser Humano/Ángel que somos. Nos adaptaremos y nos haremos Uno con nuestro Destino. ¡Para eso es que estamos Aquí! Para eso es que nacimos, para ser expresiones de la Voluntad Divina alineándonos con una Nueva Realidad en este Plano Material.

Yo creo, y estoy segura de que ustedes también, que el Cosmos es una expresión del Amor Divino, y que todo lo que deba ser será para el mayor bien y será una expresión de Gran Amor.

Podemos alinearnos con esto convirtiéndonos en una Expresión de Amor.

Podemos alinearnos con esto convirtiéndonos en un instrumento de Luz Divina.

Sí… sabemos eso también… a un nivel profundo…. pero todavía estamos tratando de descubrir cómo hacer esto en nuestra vida diaria y nos llevará algún tiempo ajustarnos.

Pero, una de las cosas de las que estoy segura es que vamos a tener que entrar en la Compasión soltando nuestra fijación con nuestro yo individual y nuestra abundancia y felicidad, y avanzar hacia una comprensión de la salud y abundancia de la comunidad (global). Yo siempre he tenido problema con el tipo de "conciencia de abundancia" que actualmente se "comercializa" en programas como "El Secreto", donde a las personas se les enseña a empeñarse en la riqueza individual y, seamos honestos, la codicia. Y también tengo problema con la creencia de que si yo "trabajo en mí misma" ya estoy haciendo suficiente. Esto para mí es como ver que al otro lado del mundo la gente se está muriendo de hambre, así que yo voy al supermercado y me aseguro de tener una comida realmente buena, y eso va a significar que todos están bien. Se necesita más que eso para entrar en la compasión real y garantizar que la "comida" llegue a todos y no sólo a mi abundante mesa.

Cómo… todavía no lo sé…. pero ése es el desafío al que nos enfrentamos como grupo a medida que empezamos a hacer esa transición a la Nueva Realidad donde todos van a tener lo que necesitan y vamos a vivir en armonía con Naturaleza y la Tierra como debía ser.

Sospecho que los Niños Índigo y Cristal mostrarán el camino a seguir. Sé que hay muchos Índigos que tienen la capacidad de hacer más que sólo inventar Facebook… ellos pueden crear las tecnologías que necesitamos para expresar nuestra Compasión y Amor en el Plano Material y en formas reales.

Y vamos a vivir en el Flujo de la Inteligencia Creativa Divina en vez de en la resaca de la destrucción.

Hacia el 11/11/11: El Portal de Noviembre

Puede parecernos, al entrar en este período de cambios rápidos, que es demasiado para nosotros. Podemos sentirnos cansados en muchos niveles, y podríamos encontrar que las viejas formas de ser y de hacer las cosas simplemente ya no funcionan. Pero eso es sólo lo que la mente percibe.

En el Nivel Superior estamos avanzando hacia nuestro Destino, nuestra cita con la creación de la Nueva Tierra, y en realidad, un Nuevo Cosmos, un Nuevo Amanecer. No podemos controlar este proceso, sólo podemos participar en él de maneras que le hable a nuestro Corazón y nuestra Sabiduría y Conocimiento Profundo. La Mente no va a ser nuestra guía en esta fase, ¡sólo el Corazón sabrá!

Para finales de Octubre y el Portal Estelar 11/11, vamos a estar alineados con esa Nueva Realidad. Será un período corto pero intenso de Cambio y Transformación. Y para aquellos de ustedes en el Norte, ¡prepárense para un Verano que será aún más intenso que el año pasado! Y sí, voy a compartir con ustedes una vez más en sus experiencias. El año pasado estuve viajando y experimenté el volcán en Islandia y sus efectos en Europa y también los grandes incendios en Rusia y los efectos en Moscú. En estos casos, fue necesario trabajar con las energías Elementales a un nivel profundo para ayudar a sostener el equilibrio. Yo creo que ése va a seguir siendo nuestro rol en este período…. mantener el equilibrio en asociación con la Tierra y permitir que la Inteligencia Creativa Divina siga su curso en cualquier cambio y transformación que tenga que ocurrir para alinearnos con nuestro Nuevo Camino en la Conciencia de Unidad.

Así pues, al entrar en este período posterior al Equinoccio, sólo podemos avanzar en plena Confianza de que lo que estamos experimentando está en completa alineación con lo previsto en el Nivel Superior y que nos llevará adonde tengamos que estar en Orden Divino.

En el Corazón del Amor Divino

¡Somos Uno!



Celia

Pueden descargar las canalizaciones y las bitácoras de Celia Fenn en español, en archivo Word, en http://manantialcaduceo.com.ar/libros.htm

© 2011 Celia Fenn y Starchild Global

This work is licensed under a Creative Commons License

Campaña de basura electrónica de Greenpeace - Qué hacer con lo que ya no sirve...

Debido al inquietante incremento de basura contaminante eléctrica y electrónica que se genera día a día en nuestro planeta, Greenpeace Argentina inició la Campaña de Basura Electrónica para concientizar a la población sobre este problema, en la que se incluye la promoción del proyecto de Ley de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.

En esta nota te contamos más sobre este problema y sobre la Campaña de Basura Electrónica impulsada por Greenpeace.


Pilas, celulares, computadoras, electrodomésticos y aparatos electrónicos, objetos que nos rodean y ayudan en nuestra cotidianeidad, son los candidatos a convertirse -en poco tiempo-, en componentes adicionales de la basura eléctrica y electrónica que hoy se genera a diario, para ser desechada luego junto con los residuos comunes que producimos.

Esto se presenta en la actualidad como un grave problema mundial: según estimaciones del Programa de la Organización de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), se generan anualmente alrededor de 20 a 50 millones toneladas de residuos electrónicos y eléctricos a nivel mundial, lo cual incide directa y negativamente sobre la salud de la población, y aumenta exponencialmente los niveles de contaminación.

Según Greenpeace, este incremento es alarmante, ya que ante la falta de programas de reciclado, los residuos suelen terminar en rellenos sanitarios, contaminando el suelo, las napas de agua y el aire, o son incinerados, lo cual provoca la liberación de metales pesados a la atmósfera, como plomo, cadmio o mercurio. Asimismo, estos desechos contienen PVC, emiten dioxinas cloradas y furano, componentes gaseosos que resultan cancerígenos.

Además, el grupo señaló que “estos residuos contienen metales muy valiosos como oro, plata, platino, y cobre que podrían ser reciclados y reutilizados”.

Es por esto que Greenpeace Argentina se encuentra llevando a cabo la Campaña de Basura Electrónica, en la que incluye el impulso de la Ley de Gestión de Residuos de Aparatos Eléctricos y Electrónicos.

Para Greenpeace, “Argentina necesita crear de manera urgente una infraestructura especial de reciclaje para tratar los residuos electrónicos. Es imperioso contar con un marco regulatorio nacional que ofrezca gestionar de manera adecuada estos residuos”, por lo que llama al Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires a formar parte de las discusiones nacionales alrededor del proyecto de Ley de Gestión Integral de residuos electrónicos y eléctricos.

Fuenta: http://www.tuverde.com/2010/03/greenpeace-campana-de-basura-electronica-que-hacer-con-lo-que-ya-no-sirve/

viernes, 25 de marzo de 2011

La vida fluye

"Lo que caracteriza la vida, es que jamás es la misma: fluye, circula y se transforma, desplazando los seres y las cosas. Hoy teníais un problema que resolver y lo habéis conseguido utilizando un método determinado. Pero he aquí que, al día siguiente, se presenta otro acontecimiento y no podéis afrontarlo empleado los mismos métodos, adoptando la misma actitud del día anterior: os veis obligados a adaptaros a esta nueva situación. Es así como la vida os presentará siempre diferentes problemas a resolver, y cada uno requiere una solución particular. Ayer, por ejemplo, la solución fue un gesto de bondad y de generosidad. Pero hoy tenéis que solucionar otro asunto, y aquí os ayudarán el razonamiento, o la firmeza, e incluso la obstinación. Otra vez será la indiferencia, o el olvido… Buscad pues cada día cómo adaptaros." 
Omraam Mikhaël Aïvanhov

Karma y Darma

"En el momento que actuáis, desencadenáis inevitablemente unas fuerzas determinadas que producirán también inevitablemente unos resultados determinados. Esta idea de la relación de causa y consecuencias es la que se halla primeramente contenida en la palabra « karma ». Fue posteriormente cuando la palabra adquirió el significado de pago por una infracción cometida. Se puede pues decir que el « karma » (en el segundo significado del término) se manifiesta todas las veces en las que un acto no ha sido inspirado absolutamente por la sabiduría y el amor divinos – lo que es el caso en la mayoría de las veces–. Pero el ser humano hace ensayos y es necesario que se ejercite. Estos ensayos son torpes, imperfectos, pero no es grave, debe corregirse, reparar sus errores, y evidentemente para ello debe padecer, sufrir. Diréis: « Pero entonces, puesto que actuando se cometen necesariamente errores por los que se deberá sufrir para reparar, ¿no sería mejor no hacer nada? » No, hay que actuar. Evidentemente sufriréis, pero aprenderéis, evolucionaréis… y un día ya no sufriréis más. Cuando hayáis aprendido a obrar correctamente, cuando todos vuestros actos, todas vuestras palabras sean inspiradas por la bondad, la pureza y el desinterés, no generarán « karma », sino consecuencias benéficas. Esto es lo que se llama « darma »." 
Omraam Mikhaël Aïvanhov

Testimonio final - Atahualpa Yupanqui

Testimonio Final
Atahualpa Yupanqui

Composicion : J.E. Seri (letra) - A. Yupanqui (música)


Celebro mi destino
de sentir como siento,
de vivir como vivo,
de morir como muero.
Y porque lo celebro
y soy al fin la nada
de la sombra de un verso,
os digo: ¡muchas gracias!
Mil gracias, si señor
de la vida y la muerte,
por ser apenas esto,
brizna efímera y leve.
Y el de pasar mis días
finales en el mundo,
con las manos vacías
y el corazón profundo

La lluvia de fuego - Leopoldo Lugones

Leopoldo Lugones
1874-1938

Argentina



La lluvia de fuego

Evocación de un desencarnado de Gomorra
Cuento
(Texto completo)

Y tornaré el cielo de hierro y la tierra de cobre.
Levítico, XXVI - 19.

Recuerdo que era un día de sol hermoso, lleno del hormigueo popular, en las calles atronadas de vehículos. Un día asaz cálido y de tersura perfecta.

Desde mi terraza dominaba una vasta confusión de techos, vergeles salteados, un trozo de bahía punzado de mástiles, la recta gris de una avenida...

A eso de las once cayeron las primeras chispas. Una aquí, otra allá —partículas de cobre semejantes a las morcellas de un pábilo; partículas de cobre incandescente que daban en el suelo con un ruidecito de arena. El cielo seguía de igual limpidez; el rumor urbano no decrecía. Únicamente los pájaros de mi pajarera cesaron de cantar.

Casualmente lo había advertido, mirando hacia el horizonte en un momento de abstracción. Primero creí en una ilusión óptica formada por mi miopía. Tuve que esperar largo rato para ver caer otra chispa, pues la luz solar anegábalas bastante; pero el cobre ardía de tal modo, que se destacaban lo mismo. Una rapidísima vírgula de fuego, y el golpecito en la tierra. Así, a largos intervalos.

Debo confesar que al comprobarlo, experimenté un vago terror. Exploré el cielo en una ansiosa ojeada. Persistía la limpidez. ¿De dónde venía aquel extraño granizo? ¿Aquel cobre? ¿Era cobre?...

Acababa de caer una chispa en mi terraza, a pocos pasos. Extendí la mano; era, a no caber duda, un gránulo de cobre que tardó mucho en enfriarse. Por fortuna la brisa se levantaba, inclinando aquella lluvia singular hacia el lado opuesto de mi terraza. Las chispas eran harto ralas, además. Podía creerse por momentos que aquello había ya cesado. No cesaba. Uno que otro, eso sí, pero caían siempre los temibles gránulos.

En fin, aquello no había de impedirme almorzar, pues era el mediodía. Bajé al comedor atravesando el jardín, no sin cierto miedo de las chispas. Verdad es que el toldo, corrido para evitar el sol, me resguardaba...

¿Me resguardaba? Alcé los ojos; pero un toldo tiene tantos poros, que nada pude descubrir.

En el comedor me esperaba un almuerzo admirable; pues mi afortunado celibato sabía dos cosas sobre todo: leer y comer. Excepto la biblioteca, el comedor era mi orgullo. Ahíto de mujeres y un poco gotoso, en punto a vicios amables nada podía esperar ya sino de la gula. Comía solo, mientras un esclavo me leía narraciones geográficas. Nunca había podido comprender las comidas en compañía; y si las mujeres me hastiaban, como he dicho, ya comprenderéis que aborrecía a los hombres.

¡Diez años me separaban de mi última orgía! Desde entonces, entregado a mis jardines, a mis peces, a mis pájaros, faltábame tiempo para salir. Alguna vez, en las tardes muy calurosas, un paseo a la orilla del lago. Me gustaba verlo, escamado de luna al anochecer, pero esto era todo y pasaba meses sin frecuentarlo.

La vasta ciudad libertina era para mí un desierto donde se refugiaban mis placeres. Escasos amigos; breves visitas; largas horas de mesa; lecturas; mis peces; mis pájaros; una que otra noche tal cual orquesta de flautistas, y dos o tres ataques de gota por año...

Tenía el honor de ser consultado para los banquetes, y por ahí figuraban, no sin elogio, dos o tres salsas de mi invención. Esto me daba derecho —lo digo sin orgullo— a un busto municipal, con tanta razón como a la compatriota que acababa de inventar un nuevo beso.

Entre tanto, mi esclavo leía. Leía narraciones de mar y de nieve, que comentaban admirablemente, en la ya entrada siesta, el generoso frescor de las ánforas. La lluvia de fuego había cesado quizá, pues la servidumbre no daba muestras de notarla.

De pronto, el esclavo que atravesaba el jardín con un nuevo plato, no pudo reprimir un grito. Llegó, no obstante, a la mesa; pero acusando con su lividez un dolor horrible. Tenía en su desnuda espalda un agujerillo, en cuyo fondo sentíase chirriar aún la chispa voraz que lo había abierto. Ahogámosla en aceite, y fue enviado al lecho sin que pudiera contener sus ayes.

Bruscamente acabó mi apetito; y aunque seguí probando los platos para no desmoralizar a la servidumbre, aquélla se apresuró a comprenderme. El incidente me había desconcertado.

Promediaba la siesta cuando subí nuevamente a la terraza. El suelo estaba ya sembrado de gránulos de cobre; mas no parecía que la lluvia aumentara. Comenzaba a tranquilizarme, cuando una nueva inquietud me sobrecogió. El silencio era absoluto. El tráfico estaba paralizado a causa del fenómeno, sin duda. Ni un rumor en la ciudad. Sólo, de cuando en cuando, un vago murmullo de viento sobre los árboles. Era también alarmante la actitud de los pájaros. Habíanse apelotonado en un rincón, casi unos sobre otros. Me dieron compasión y decidí abrirles la puerta. No quisieron salir; antes se recogieron más acongojados aún. Entonces comenzó a intimidarme la idea de un cataclismo.

Sin ser grande mi erudición científica, sabía que nadie mencionó jamás esas lluvias de cobre incandescente. ¡Lluvias de cobre! En el aire no hay minas de cobre. Luego aquella limpidez del cielo no dejaba conjeturar la procedencia. Y lo alarmante del fenómeno era esto. Las chispas venían de todas partes y de ninguna. Era la inmensidad desmenuzándose invisiblemente en fuego. Caía del firmamento el terrible cobre —pero el firmamento permanecía impasible en su azul. Ganábame poco a poco una extraña congoja; pero, cosa rara: hasta entonces no había pensado en huir. Esta idea se mezcló con desagradables interrogaciones. ¡Huir! ¿Y mi mesa, mis libros, mis pájaros, mis peces que acababa precisamente de estrenar un vivero, mis jardines ya ennoblecidos de antigüedad, mis cincuenta años de placidez, en la dicha del presente, en el descuido del mañana?...

¿Huir? . . . Y pensé con horror en mis posesiones (que no conocía) del otro lado del desierto, con sus camelleros viviendo en tiendas de lana negra y tomando por todo alimento leche cuajada, trigo tostado, miel agria...

Quedaba una fuga por el lago, corta fuga después de todo, si en el lago como en el desierto, según era lógico, llovía cobre también; pues no viniendo aquello de ningún foco visible, debía ser general.

No obstante el vago terror que me alarmaba, decíame todo eso claramente, lo discutía conmigo mismo, un poco enervado a la verdad por el letargo digestivo de mi siesta consuetudinaria. Y después de todo, algo me decía que el fenómeno no iba a pasar de allí. Sin embargo, nada se perdía con hacer armar el carro.

En ese momento llenó el aire una vasta vibración de campanas. Y casi junto con ella, advertí una cosa: ya no llovía cobre. El repique era una acción de gracias, coreada casi acto continuo por el murmullo habitual de la ciudad. Ésta despertaba de su fugaz atonía, doblemente gárrula. En algunos barrios hasta quemaban petardos.

Acodado al parapeto de la terraza, miraba con un desconocido bienestar solidario la animación vespertina que era todo amor y lujo. El cielo seguía purísimo. Muchachos afanosos recogían en escudillas la granalla de cobre, que los caldereros habían empezado a comprar. Era todo cuanto quedaba de la grande amenaza celeste.

Más numerosa que nunca, la gente de placer coloría las calles; y aun recuerdo que sonreí vagamente a un equívoco mancebo, cuya túnica recogida hasta las caderas en un salto de bocacalle, dejó ver sus piernas glabras, jaqueladas de cintas. Las cortesanas, con el seno desnudo según la nueva moda, y apuntalado en deslumbrante coselete, paseaban su indolencia sudando perfumes. Un viejo lenón erguido en su carro manejaba como si fuese una vela una hoja de estaño, que con apropiadas pinturas anunciaba amores monstruosos de fieras: ayunta-mientos de lagartos con cisnes; un mono y una foca; una doncella cubierta por la delirante pedrería de un pavo real. Bello cartel, a fe mía; y garantida la autenticidad de las piezas. Animales amaestrados por no sé qué hechicería bárbara, y desequilibrados con opio y con asafétida.

Seguido por tres jóvenes enmascarados pasó un negro amabilísimo, que dibujaba en los patios, con polvos de colores derramados al ritmo de una danza, escenas secretas. También depilaba al oropimente y sabía dorar las uñas.

Un personaje fofo, cuya condición de eunuco se adivinaba en su morbidez, pregonaba al son de crótalos de bronces, cobertores de un tejido singular que producía el insomnio y el deseo. Cobertores cuya abolición habían pedido los ciudadanos honrados. Pues mi ciudad sabía gozar, sabía vivir. Al anochecer recibí dos visitas que cenaron conmigo. Un condiscípulo jovial, matemático cuya vida desarreglada era el escándalo de la ciencia, y un agricultor enriquecido. La gente sentía necesidad de visitarse después de aquellas chispas de cobre. De visitarse y de beber, pues ambos se retiraron completamente borrachos. Yo hice una rápida salida. La ciudad, caprichosamente iluminada, había aprovechado la coyuntura para decretarse una noche de fiesta. En algunas cornisas, alumbraban perfumando, lámparas de incienso. Desde sus balcones, las jóvenes burguesas, excesivamente ataviadas, se divertían en proyectar de un soplo a las narices de los transeúntes distraídos, tripas pintarrajeadas y crepitantes de cascabeles. En cada esquina se bailaba. De balcón a balcón cambiábanse flores y gatitos de dulce. El césped de los parques palpitaba de parejas.

Regresé temprano y rendido. Nunca me acogí al lecho con más grata pesadez de sueño.

Desperté bañado en sudor, los ojos turbios, la garganta reseca. Había afuera un rumor de lluvia. Buscando algo, me apoyé en la pared, y por mi cuerpo corrió como un latigazo el escalofrío del miedo. La pared estaba caliente y conmovida por una sorda vibración. Casi no necesité abrir la ventana para darme cuenta de lo que ocurría.

La lluvia de cobre había vuelto, pero esta vez nutrida y compacta. Un caliginoso vaho sofocaba la ciudad; un olor entre fosfatado y urinoso apestaba el aire Por fortuna, mi casa estaba rodeada de galerías y aquella lluvia no alcanzaba las puertas.

Abrí la que daba al jardín. Los árboles estaban negros, ya sin follaje; el piso, cubierto de hojas carbonizadas. El aire, rayado de vírgulas de fuego, era de una paralización mortal; y por entre aquéllas se divisaba el firmamento, siempre impasible, siempre celeste.

Llamé, llamé en vano. Penetré hasta los aposentos famularios. La servidumbre se había ido. Envueltas las piernas en un cobertor de viso, acorazándome espaldas y cabeza con una bañera de metal que me aplastaba horriblemente, pude llegar hasta las caballerizas. Los caballos habían desaparecido también. Y con una tranquilidad que hacía honor a mis nervios, me di cuenta de que estaba perdido.

Afortunadamente, el comedor se encontraba lleno de provisiones; su sótano, atestado de vinos. Bajé a él. Conservaba todavía su frescura; hasta su fondo no llegaba la vibración de la pesada lluvia, el eco de su grave crepitación. Bebí una botella, y luego extraje de la alacena secreta el pomo de vino envenenado. Todos los que teníamos bodega poseíamos uno, aunque no lo usáramos ni tuviéramos convidados cargosos. Era un licor claro e insípido, de efectos instantáneos.

Reanimado por el vino, examiné mi situación. Era asaz sencilla. No pudiendo huir, la muerte me esperaba; pero con el veneno aquél, la muerte me pertenecía. Y decidí ver eso todo lo posible, pues era, a no dudarlo, un espectáculo singular. ¡Una lluvia de cobre incandescente! ¡La ciudad en llamas! Valía la pena.

Subí a la terraza, pero no pude pasar de la puerta que daba acceso a ella. Veía desde allá lo bastante, sin embargo. Veía y escuchaba. La soledad era absoluta. La crepitación no se interrumpía sino por uno que otro ululato de perro, o explosión anormal. El ambiente estaba rojo; y a su través, troncos, chimeneas, casas, blanqueaban con una lividez tristísima. Los pocos árboles que conservaban follaje retorcíanse, negros, de un negro de estaño. La luz había decrecido un poco, no obstante de persistir la limpidez celeste. El horizonte estaba, esto sí, mucho más cerca, y como ahogado en ceniza. Sobre el lago flotaba un denso vapor, que algo corregía la extraordinaria sequedad del aire.

Percibíase claramente la combustible lluvia, en trazos de cobre que vibraban como el cordaje innumerable de un arpa, y de cuando en cuando mezclábanse con ella ligeras flámulas. Humaredas negras anunciaban incendios aquí y allá.

Mis pájaros comenzaban a morir de sed y hube de bajar hasta el aljibe para llevarles agua. El sótano comunicaba con aquel depósito, vasta cisterna que podía resistir mucho al fuego celeste; mas por los conductos que del techo y de los patios desembocaban allá, habíase deslizado algún cobre y el agua tenía un gusto particular, entre natrón y orina, con tendencia a salarse. Bastóme levantar las trampillas de mosaico que cerraban aquellas vías, para cortar a mi agua toda comunicación con el exterior.

Esa tarde y toda la noche fue horrendo el espectáculo de la ciudad. Quemaba en sus domicilios, la gente huía despavorida, para arderse en las calles en la campiña desolada; y la población agonizó bárbaramente, con ayes y clamores de una amplitud, de un horror, de una variedad estupendos. Nada hay tan sublime como la voz humana. El derrumbe de los edificios, la combustión de tantas mercancías y efectos diversos, y más que todo, la quemazón de tantos cuerpos, acabaron por agregar al cataclismo el tormento de su hedor infernal. Al declinar el sol, el aire estaba casi negro de humo y de polvaredas. Las flámulas que danzaban por la mañana entre el cobre pluvial, eran ahora llamaradas siniestras. Empezó a soplar un viento ardentísimo, denso, como alquitrán caliente. Parecía que se estuviese en un inmenso horno sombrío. Cielo, tierra, aire, todo acababa. No había más que tinieblas y fuego. ¡Ah, el horror de aquellas tinieblas que todo el fuego, el enorme fuego de la ciudad ardida no alcanzaba a dominar; y aquella fetidez de pingajos, de azufre, de grasa cadavérica en el aire seco que hacía escupir sangre; y aquellos clamores que no sé cómo no acababan nunca, aquellos clamores que cubrían el rumor del incendio, más vasto que un huracán, aquellos clamores en que aullaban, gemían, bramaban todas las bestias con un inefable pavor de eternidad!...

Bajé a la cisterna, sin haber perdido hasta entonces mi presencia de ánimo, pero enteramente erizado con todo aquel horror; y al verme de pronto en esa obscuridad amiga, al amparo de la frescura, ante el silencio del agua subterránea, me acometió de pronto un miedo que no sentía –estoy seguro– desde cuarenta años atrás, el miedo infantil de una presencia enemiga y difusa; y me eché a llorar, a llorar como un loco, a llorar de miedo, allá en un rincón, sin rubor alguno.

No fue sino muy tarde, cuando al escuchar el derrumbe de un techo, se me ocurrió apuntalar la puerta del sótano. Hícelo así con su propia escalera y algunos barrotes de la estantería, devolviéndome aquella defensa alguna tranquilidad; no porque hubiera de salvarme, sino por la benéfica influencia de la acción. Cayendo a cada instante en modorras que entrecortaban funestas pesadillas, pasé las horas. Continuamente oía derrumbes allá cerca. Había encendido dos lámparas que traje conmigo, para darme valor, pues la cisterna era asaz lóbrega. Hasta llegué a comer, bien que sin apetito, los restos de un pastel. En cambio bebí mucha agua.

De repente mis lámparas empezaron a amortiguarse, y junto con eso el terror, el terror paralizante esta vez, me asaltó. Había gastado, sin prevenirlo, toda mi luz, pues no tenía sino aquellas lámparas. No advertí, al descender esa tarde, traerlas todas conmigo.

Las luces decrecieron y se apagaron. Entonces advertí que la cisterna empezaba a llenarse con el hedor del incendio. No quedaba otro remedio que salir; y luego, todo, todo era preferible a morir asfixiado como una alimaña en su cueva.

A duras penas conseguí alzar la tapa del sótano que los escombros del comedor cubrían...

...Por segunda vez había cesado la lluvia infernal. Pero la ciudad ya no existía. Techos, puertas, gran cantidad de muros, todas las torres yacían en ruinas. El silencio era colosal, un verdadero silencio de catástrofe. Cinco o seis grandes humaredas empinaban aún sus penachos; y bajo el cielo que no se había enturbiado ni un momento, un cielo cuya crudeza azul certificaba indiferencias eternas, la pobre ciudad, mi pobre ciudad, muerta, muerta para siempre, hedía como un verdadero cadáver.

La singularidad de la situación, lo enorme del fenómeno, y sin duda también el regocijo de haberme salvado, único entre todos, cohibían mi dolor reemplazándolo por una curiosidad sombría. El arco de mi zaguán había quedado en pie y asiéndome de las adarajas pude llegar hasta su ápice.

No quedaba un solo resto combustible y aquello se parecía mucho a un escorial volcánico. A trechos, en los parajes que la ceniza no cubría, brillaba con un bermejor de fuego, el metal llovido. Hacia el lado del desierto, resplandecía hasta perderse de vista un arenal de cobre. En las montañas, a la otra margen del lago, las aguas evaporadas de éste condensábanse en una tormenta. Eran ellas las que habían mantenido respirable el aire durante el cataclismo. El sol brillaba inmenso, y aquella soledad empezaba a agobiarme con una honda desolación cuando hacia el lado del puerto percibí un bulto que vagaba entre las ruinas. Era un hombre, y habíame percibido ciertamente, pues se dirigía a mí.

No hicimos ademán alguno de extrañeza cuando llegó, y trepando por el arco vino a sentarse conmigo. Tratábase de un piloto, salvado como yo en una bodega, pero apuñaleando a su propietario. Acababa de agotársele el agua y por ello salía.

Asegurado a este respecto, empecé a interrogarlo. Todos los barcos ardieron, los muelles, los depósitos; y el lago habíase vuelto amargo. Aunque advertí que hablábamos en voz baja, no me atreví —ignoro por qué— a levantar la mía.

Ofrecíle mi bodega, donde quedaban aún dos docenas de jamones, algunos quesos, todo el vino...

De repente notamos una polvareda hacia el lado del desierto. La polvareda de una carrera. Alguna partida que enviaban, quizá, en socorro, los compatriotas de Adama o de Seboim.

Pronto hubimos de sustituir esta esperanza por un espectáculo tan desolador como peligroso.

Era un tropel de leones, las fieras sobrevivientes del desierto, que acudían a la ciudad como a un oasis, furiosos de sed, enloquecidos de cataclismo.

La sed y no el hambre los enfurecía, pues pasaron junto a nosotros sin advertirnos. ¡Y en qué estado venían! Nada como ellos revelaba tan lúgubremente la catástrofe.

Pelados como gatos sarnosos, reducida a escasos chicharrones la crin, secos los ijares, en una desproporción de cómicos a medio vestir con la fiera cabezota, el rabo agudo y crispado como el de una rata que huye, las garras pustulosas, chorreando sangre —todo aquello decía a las claras sus tres días de horror bajo el azote celeste, al azar de las inseguras cavernas que no habían conseguido ampararlos.

Rondaban los surtidores secos con un desvarío humano en sus ojos, y bruscamente reemprendían su carrera en busca de otro depósito, agotado también, hasta que sentándose por último en torno del postrero, con el calcinado hocico en alto, la mirada vagorosa de desolación y de eternidad, quejándose al cielo, estoy seguro, pusiéronse a rugir.

Ah... nada, ni el cataclismo con sus horrores, ni el clamor de la ciudad moribunda era tan horroroso como ese llanto de fiera sobre las ruinas. Aquellos rugidos tenían una evidencia de palabra. Lloraban quién sabe qué dolores de inconsciencia y de desierto a alguna divinidad obscura. El alma sucinta de la bestia agregaba a sus terrores de muerte, el pavor de lo incomprensible. Si todo estaba lo mismo, el sol cuotidiano, el cielo eterno, el desierto familiar, ¿por qué se ardían y por qué no había agua?... Y careciendo de toda idea de relación con los fenómenos, su horror era ciego, es decir, más espantoso. El transporte de su dolor elevábalos a cierta vaga noción de provenencia, ante aquel cielo de donde había estado cayendo la lluvia infernal; y sus rugidos preguntaban ciertamente algo a la cosa tremenda que causaba su padecer. Ah... esos rugidos, lo único de grandioso que conservaban aún aquellas fieras disminuidas: cual comentaban el horrendo secreto de la catástrofe; cómo interpretaban en su dolor irremediable la eterna soledad, el eterno silencio, la eterna sed...

Aquello no debía durar mucho. El metal candente empezó a llover de nuevo, más compacto, más pesado que nunca.

En nuestro súbito descenso, alcanzamos a ver que las fieras se desbandaban buscando abrigo bajo los escombros.

Llegamos a la bodega, no sin que nos alcanzaran algunas chispas; y comprendiendo que aquel nuevo chaparrón iba a consumar la ruina, me dispuse a concluir.

Mientras mi compañero abusaba de la bodega —por primera y última vez, a buen seguro—decidí aprovechar el agua de la cisterna en mi baño fúnebre; y después de buscar inútilmente un trozo de jabón, descendí a ella por la escalinata que servía para efectuar su limpieza.

Llevaba conmigo el pomo de veneno, que me causaba un gran bienestar apenas turbado por la curiosidad de la muerte.

El agua fresca y la obscuridad, me devolvieron a las voluptuosidades de mi existencia de rico que acababa de concluir. Hundido hasta el cuello, el regocijo de la limpieza y una dulce impresión de domesticidad, acabaron de serenarme.

Oía afuera el huracán de fuego. Comenzaban otra vez a caer escombros. De la bodega no llegaba un solo rumor. Percibí en eso un reflejo de llamas que entraban por la puerta del sótano, el característico tufo urinoso... Llevé el pomo a mis labios, y...

FIN

miércoles, 23 de marzo de 2011

Los ángeles en las diferentes culturas y tradiciones

La tradición judeocristiana, y la misma historia universal dan testimonio de estos seres celestiales; en todos los países hablan en cierto modo de ellos desde hace más de cuarenta siglos atrás. Su existencia está atestiguada en el Islam, el hinduismo, el budismo, las religiones de la China, Indonesia, los Aztecas, los Incas, y en el Zoroastrismo. Asimismo, en las culturas ancestrales del Oriente como los Cananeos, Asirios; de los Sumerios hay un registro documentado que muestra una imagen de un ángel con aspecto humano y enormes alas que flota sobre la tierra. En el valle del Eufrates se halló una figura de un ángel que tiene 4.500 años, y en Babilonia y Egipto en las puertas de los templos y palacios, habían grandes esfinges de piedra de estos seres del cielo; con rostro humano, y alas, cuerpo y patas de animales como toro o león. Fuente: http://www.angelesamor.org/angeles/los-ngeles-en-las-diferentes-culturas-y-tradiciones.html

martes, 22 de marzo de 2011

Javier Egea - El paseo de los tristes - Troppo mare

Javier Egea y su obra -en tanto extraordinario poeta- me han interesado siempre y su poesía me llega -en cada lectura- de forma sumamente personal e íntima. Poeta singular, sincero, comprometido, inteligente, de expresividad notable y a la par impregnada de la sencillez de los grandes; cualquier aproximación primera a sus poemas no puede abstraerse de sus vivencias en un tiempo históricamente particular y ciudadano de una Granada no menos gris y adormecida que el resto de España, en años de esperanza y, para muchos, de frustraciones de distintas aristas, preñado de soledad –como la de tantos y tantos poetas, aunque ésta siempre se presente personal y única- e instalado en el desengaño –también como tantos-, de un lirismo y romanticismo especial - “otro” como dijera Aurora de Albornoz y que en el excelente prólogo de la edición de Paseo de los Tristes, de Editorial Point de Lunettes, recuerda con su habitual ponderación, respeto y notable criterio intelectual, el Profesor Antonio Sánchez Trigueros-.

Estoy convencido de que el tiempo será el mejor aliado de Javier Egea, una vez que vayan adquiriendo valor su verbo, el alma inconsciente del poeta, su forma precursora de hacer poesía y ésta se desprenda de otras consideraciones que no sean su intrínseco valor literario. Javier nos acompañará en su poesía, con su inteligente y brillante lirismo, ya no “otro”, porque -en su generosidad- lo brindó a fundirse con el de cuantos vinieran detrás. Seguirá con nosotros “en esta vieja costumbre de andar erguido(s) y solo(s)”, abrazados a la Poesía como arma irremediable..., "Porque a pesar de todo nos hicimos amigos/ y me mantengo firme gracias a ti, poesía,/pequeño pueblo en armas contra la soledad" ..

Mi admiración por su obra, con mi homenaje personal a través de algunos poemas cuya lectura compartida debía a mis amigos y que al releerlos me suelen transmitir la contradicción de una paz de la que Javier –probablemente- no disfrutó y otros tantos - entre los que muchos nos encontramos- tampoco.

De Troppo Mare, el primer poema del capítulo Córam Pópulo -para mí la parte más íntima y desnuda del texto- y el resto del extraordinario Paseo de los Tristes -uno de los más bellos poemarios que leerse puedan y, en particular, del primer capítulo Renta y Diario de amor.



TROPPO MARE

CÓRAM PÓPULO.



I



Lo que pueda contaros

es todo lo que sé desde el dolor

y eso nunca se inventa.



Porque llegar aquí fue una larga sentina,

un extraño viaje,

una curva de sangre sobre el río,

mientras todo era un grito

y ya se perfilaba resuelto en latigazos

el crepúsculo.



Las historias se cuentan con los ojos del frío

y algún sabor a sal y paso a paso

-lengua y camino-

porque la sangre se nos va despacio,

sin borbotón apenas,

desmadejadamente por los labios.



Las historias se cuentan una vez y se pierden.









PASEO DE LOS TRISTES

RENTA Y DIARIO DE AMOR



Tú me dueles amor…



Tú me dueles, amor, pero te canto

y es el gusano que en la carne horada,

no torbellino sino abrazo lento,

sí razón o temor, sí bárbaro camino.



Cuando dijiste ¡basta!...



Cuando dijiste ¡basta! era diciembre

y sólo tú templabas el vacío.



Pensé que nada estaba,

que se perdió contigo la llave de la vida.



Después miré a la calle

y era la misma puerta para todos:

la vida no existía.



Desde el mismo cerrojo

la herrumbre del expolio nos miraba.





Lo terrible no es la calle..



Lo terrible no es la calle sola,

el andén como un reto,

los trenes que perdimos.



Lo terrible no es ni siquiera el dolor.



Lo que duele terrible y zarandea

es que ya sólo queda

recurrir a la vida por tus ojos

que son una distancia casi absurda,

que son un túnel negro de esperanza.





Quizá me confundí…



Quizá me confundí de calle y de aventura

pero ya me conocen sus farolas y el alba,

ya conocen mi sombra, mi canción, mi tristeza

y esta costumbre vieja de andar erguido y solo.


Paseo de los Tristes - Granada, vista de la ribera del río Darro

fuente:http://pedrogollonet.blogcindario.com/2010/10/00109-javier-egea-paseo-de-los-tristes-troppo-mare.html

Hago honor a mí mísmo en todo lo que hago


Parte de la resistencia puede ser "sabotaje”. Se debe a la consideración de que no te mereces más de lo que tienes. Si sabes en tu interior que una dieta sana, el ejercicio, el ocuparte de un asunto u otro tipo de acción cualquiera te beneficiaría realmente pero te resistes a emprenderla, te haría falta hacer mayor honor a ti mismo. En vez de afrontarte inmediatamente a los temas importantes, empieza realizando pequeñas acciones en tu honor. Piensa en algo verdaderamente lujoso y satisfacto­rio que te gustaría hacer. Quizá te gustaría tomar un baño caliente, comprar flores para tu casa o dedicarte media hora al día a ti mismo.
El tiempo dedicado a estas actividades satisfactorias, envía a tu inconsciente el mensaje de que eres una persona valiosa que merece alcanzar sus objetivos. Te será más fácil llegar a los pasos más importantes en este sentido, si te vas aproximando por medio de acciones menores. Y te será más fácil seguir la dirección que surja de tu interior, una vez hayas adquirido la costumbre de hacer honor a tus necesidades y sentimientos más profundos.
Habrá momentos cuando tu guía interior te dirá "Quiero trabajar todo el día, hoy. Me siento tan bien logrando todo lo que logro". Tu guía interior no te llevará siempre hacia una gratifi­cación inmediata; a menudo, persigue un sentido más amplio del logro interior y la satisfacción. Los consejos de tu interior te hablan de muchas maneras distintas pero siempre con un sentimiento de autoestima y satisfacción por lo que se hace.
Si te fuerzas a realizar un determinado trabajo por un sentimiento de obligación o a gastar dinero porque te parece que así debes hacerlo, no estás escuchando los consejos de tu interior. Si tienes un trabajo que te obliga a hacer tareas que no te gustan, considera la situación en general. ¿Porqué tienes un trabajo que no te permite hacer lo que te gusta? Si te gusta el trabajo y la mayor parte de lo que haces excepto determinadas tareas, considéralas de nuevo. Puede haber un modo mejor de llevarlas a cabo, un procedimiento más adecuado, una distinta repartición de tareas entre tú y tus colaboradores o algún modo de que te puedan ayudar tu familia, tus hijos o tus amigos. Presta atención a tus sensaciones negativas‑te emiten mensajes sobre cómo mejorar tu situación.
No te honras a ti mismo trabajando durante horas en actividades que no te placen. Si decides hacer lo que te gusta, quizá descubras que todos los trabajos que te obligas a realizar para ganar dinero, ya no son necesarios. También descubrirás que, a la larga, ganarás más dinero haciendo las cosas que amas que aquellas que te disgustan.
Cuanto más alegre te sientas haciendo cosas y siguiendo tus impulsos, presentimientos y visiones superiores, más fácil y rápidamente tendrás lo que deseas. Siguiendo tu camino superior, verás que, cada vez más, todo funciona de forma fácil y maravillosa. Esto no quiere decir que no tendrás que afrontar dificultades, porque éstas te ayudan a ser más fuerte y seguro. Siendo tus sentimientos de alegría, felicidad y autoestima, tus sueños se harán realidad.
Sanaya Roman y Duane Packer

Día Mundial del Agua

Hoy es el día Mundial del Agua y, para 2010, la organización ONU-Agua lo dedica al tema de la calidad del agua con el objeto de demostrar que en la gestión de los recursos hídricos la calidad de ese recurso es tan importante como la cantidad.
El Día Mundial del Agua en 2010 tiene por objeto:
Fomentar la concienciación en cuanto a la conservación de ecosistemas sanos y del bienestar humano abordando los crecientes desafíos en relación con la calidad del agua que se plantean a la gestión de ese recurso, y
Dar mayor realce al tema de la calidad del agua exhortando a gobiernos, organizaciones, comunidades y personas en todo el mundo a que adopten medidas en relación con ese tema y realicen actividades de prevención de la contaminación, limpieza y rehabilitación, entre otras.



El agua no potable causa cada año más víctimas que cualquier forma de violencia (Fuentes: El Mundo, ABC)

Hasta 884 millones de personas siguen sin tener acceso a agua potable
Cada 15 segundos muere un niño por la falta de acceso a agua segura
Las consecuencias relacionadas con el consumo de agua no potable provocan cada año más víctimas mortales en todo el mundo que cualquier tipo de violencia, incluida una guerra.
En la actualidad unos 5.900 millones de personas, o sea el 87% de la población mundial, tienen acceso a agua potable. Sin embargo, el 84% de estas personas vive en los países desarrollados. En la África Sub-sahariana el 60% de las personas no disponen de agua limpia para vivir (Fuente: Intermón Oxfam).



A pesar de la abundancia de agua de este invierno, debemos ser conscientes de la importancia del agua para la vida. Es indispensable para todos y es nuestro deber cuidarla y mantenerla, haciendo un buen uso de ella. No debemos derrocharla, no sabemos cuándo nos volverá a hacer falta. Además, las situación de inestabilidad climática que se vive a nivel global no nos permite predecir qué va a pasar en el futuro.

Páginas de interés relacionadas con el Día Mundial del Agua

Web Oficial del Día Mundial del Agua

Conciencia2 con el Medio Ambiente-RTVE

Enrédate con UNICEF

WWF España

Intermón Oxfam

sábado, 19 de marzo de 2011

Metafisica - Osho


METAFÍSICA
Meta significa más allá. Lo físico no lo es todo, la materia no lo es todo, y aquellos que piensan que la materia lo es todo se muestran satisfechos con la circunferencia de la vida. No dejarán de moverse en círculo, pero jamás llegarán a casa, porque el hogar existe en el centro.
La metafísica significa llegar al hogar, saber que eres conciencia, que toda la existencia está llena de conciencia, que esta no es un efecto secundario de la materia. No lo es. La materia solo es el cuerpo de la conciencia -su ropa, su cobijo, su morada, su templo-, pero la deidad es la conciencia. Y el templo está creado para la deidad, no al revés. La materia existe porque la conciencia existe, no al contrario.

La materia es conciencia dormida; la conciencia es materia despierta. En última instancia solo hay una cosa... llámalo x, y, z, o Dios o verdad, lo que desees. En última instancia solo hay una cosa, pero esa cosa puede tener dos estados: uno de sueño y uno de vigilia. Cuando la materia se vuelve consciente de sí misma, es conciencia. Cuando la conciencia se olvida de sí misma, es materia.

De modo que aquellos que creen que la materia lo es todo, permanecen dormidos. Y sus vidas no dejan de moverse a ciegas en la oscuridad. Jamás saben qué es la luz, jamás llegan al amanecer. Y, por supuesto, en la oscuridad tropiezan mucho y, se hieren a sí mismos y a otros, y toda su vida consiste únicamente en conflicto, fricción, violencia y guerra.

Nunca llegan a saber qué es el amor, porque el amor solo es posible cuando se está lleno de luz. La metafísica es una especie de dulce sabiduría. La lógica es amarga, pendenciera; los filósofos no paran de pelear. El hombre que ha llegado a conocerse a sí mismo es dulce... su sola presencia es como la miel.
Osho

Mes de la Mujer - Mujeres destacadas - Virginia Woolf

Virginia Woolf: formas de narrar la angustia

El 28 de marzo se cumplen 70 años de la muerte de una de las voces más innovadoras del siglo XX. En su obra, la autora inglesa destila un inusual virtuosismo que rompe con los convencionalismos de una época signada por Freud, Marx y Nietzsche.

POR MARIA JOSE EYRAS CECILIA SORRENTINO


Es 1941. El invierno llega a su fin. En Londres, la casa en la que han vivido Virginia y Leonard Woolf es ya un montón de escombros. Hace meses que el matrimonio habita el pequeño pueblo de Rodmell, al sur de Lewes. Cada noche, camino a la capital del Reino Unido, los bombarderos alemanes sobrevuelan el pueblo. Los Woolf saben que si Hitler triunfa serán los primeros en la lista de indeseables. Son intelectuales, se han manifestado contra el fascismo, Leonard es judío. Están decididos a anticiparse a los acontecimientos: Adrián, el hermano de Virginia, les ha conseguido una dosis letal de morfina para hacer uso de ella si lo peor sucede. En ese clima, Virginia termina de escribir su última novela, Entre Actos y siente aquel vacío que tironea de ella al concluir una obra. Pero esta vez lo vive como definitivo. La escritura me ha abandonado, dice entonces a sus amigos. En marzo escribe a John Lehman –su editor– exigiéndole que no publique la novela porque a su entender “es horrible”. Leonard se encarga de despachar la carta y adjunta una nota en la que expresa su preocupación por el estado general de su mujer (V.n.w. “ Virginia not well ”) y le pide a John un tiempo de espera. Confía en que, como otras veces, ella se recuperará también de esta crisis nerviosa.

Al igual que Miguel de Cervantes o Jorge Luis Borges, la escritora inglesa pertenece a esa categoría de autores que, a medida que pasa el tiempo, suelen ser más reconocidos que leídos. A setenta años de su muerte es oportuno preguntarse qué dificulta el acceso a su obra. ¿La reducción de su figura cuando se apropian de ella militantes de género? ¿La contaminación de su imagen? Quizá, prejuicios acumulados sobre su persona; acaso, la exigente traducción de una prosa que se caracteriza por un inusual virtuosismo. ¿O el carácter experimental de una escritura que se propuso romper con las convenciones literarias de la época, que con frecuencia impone la necesidad de releer una frase, una escena o hasta una novela entera para comprenderla?

El método Woolf

Virginia Woolf escribe en tiempos signados por la influencia de Freud, Marx y Nietzsche, una época que pone en duda la objetividad del pensamiento, alerta acerca de las trampas de la conciencia y sus posibilidades de enmascarar la realidad. Escritora experimental, Virginia busca lo que ella llama su “método”. Un procedimiento que le permita tocar la vida con la escritura, rasgar los telones que cubren la realidad opacándola. Sabe que, al tiempo que ve, la mirada también oculta las cosas con su propio tejido. Escribe para rasgar esos velos, tornarlos visibles y que la realidad se presente en la distancia desde la que tratamos de alcanzarla.

En su ensayo La narrativa moderna , refiriéndose a la ficción tal como se escribe hasta entonces, Virginia Woolf sostiene: “Examinemos por un instante una mente corriente de un día corriente.

La mente recibe un sinfín de impresiones: triviales, fantásticas, evanescentes o grabadas con afilado acero. Llegan de todos lados, una lluvia incesante de innumerables átomos; y al caer, al tomar forma como la vida del lunes o el martes, el acento recae de modo distinto que antaño; el momento de importancia no venía aquí sino allí; de manera que si un escritor fuera un hombre libre y no un esclavo, si pudiera escribir lo que quisiera, no lo que debiera, si pudiera basar su obra en su propia sensibilidad y no en convenciones, no habría entonces trama ni humor ni tragedia ni componente romántico ni catástrofe al estilo establecido, y quizá ni un solo botón cosido como lo harían los sastres de Bond Street.

La vida no es una serie de lámparas de calesa dispuestas simétricamente; la vida es un halo luminoso, una envoltura semitransparente que nos recubre desde el principio de la conciencia hasta el final.”

Narrar la existencia

Argumento, verosimilitud, género, trama: ¿es así la vida? se pregunta. ¿Deben ser así las novelas? Contemporánea de Joyce, no sólo exploró el monólogo interior sino la posibilidad de atravesarlo en continuidad de un personaje a otro y construir una realidad coral. Con esa manera de narrar era capaz de asumir, por ejemplo, el punto de vista de un caracol oculto en el césped en Kew Gardens y luego saltar a la conciencia de cualquiera de los paseantes del jardín del relato homónimo.

Estaba convencida de que lo que tenía que decir debía decirse de una forma, y esa forma no era la “línea recta”. Simplemente porque las cosas no ocurren así –en línea recta– en la mente. De esa búsqueda nacen obras como El cuarto de Jacob y novelas como Mrs. Dalloway o Al faro , su primer éxito contundente.

Al faro , escrita en tercera persona, se lee, sin embargo, en la diversidad de voces (intenciones, supuestos, deseos, excusas, miradas) de cada uno de sus personajes.

Virginia indagó en las posibilidades de transformación del cuento, la novela y el ensayo, desarrolló en cada obra una escritura diferente e innovó en la exploración de estructuras narrativas. Creía, como Chéjov, en el valor de las historias sin final y, al mismo tiempo, supo construir textos donde es posible comprobar el sustento de criterios clásicos de composición. Observadora atenta de sus propios procesos creativos, volcó estas anotaciones en el diario que llevó hasta semanas antes de su muerte. Seguir en él las páginas contemporáneas a la obra de ensayo, crítica o ficción que abordamos en cada oportunidad resulta esclarecedor; redunda en una apertura hacia la comprensión de su búsqueda y la magnitud de sus hallazgos. Allí cuenta que la escritura fluida y sin exigencias del diario le permitía descansar de la escritura de ficción a la que se abocaba por las mañanas. Tal vez sea la razón por la que la lectura del diario la trasluce y nos la aproxima.

Caminatas en el frío

A comienzos de marzo de 1941, en un mundo en guerra, cuando caen los últimos copos de nieve en su jardín, Virginia vislumbra la proximidad de la primavera con tanta intensidad como la falta de futuro. Sin embargo, aún recuerda la frase de Henry James que la alienta a continuar: “Observa la llegada de la vejez. Observa la codicia, el propio abatimiento. Que todo se vuelva aprovechable.” Tras una noche sin bombardeos, el 28 de marzo de 1941 amanece brillante, claro, frío. Antes de tomar el bastón y salir hacia el río, Virginia aún le roba a la muerte tres últimas cartas dirigidas a Leonard y a su hermana Vanessa.

Veinte días después y luego de una intensa búsqueda, su cuerpo es hallado en el río Ouse. Hay piedras en los bolsillos de su abrigo. Leonard recuerda que unas semanas atrás, ella había regresado de su caminata muy embarrada: me resbalé, dijo. El le creyó. Ahora se pregunta si, una vez más, Virginia no habría aprendido de la contrariedad hasta salirse con la suya. Tal vez aquel 28 de marzo, además del temor de volver a sufrir una crisis de locura y no poder soportarla, el alma de Virginia se rindió ante la violencia y la desmesura de la realidad. Esa realidad inaprensible a la que, sin embargo, logró acercarse con su obra. Una obra prolífica y extraordinaria donde, más allá de diferencias y distancias, aún hoy, su lúcida mirada nos descubre y nos alcanza.

Revista ñ, Clarin

jueves, 17 de marzo de 2011

Jorge Bucay

"El verdadero amor no es otra cosa que el deseo inevitable de ayudar al otro a ser quien es" 
Jorge Bucay

Mes de la Mujer - Mujeres que cantan - Chenoa, Soy Mujer


Soy mujer
soy de hiel, soy de miel, soy de piel
debilidad y poder
fuego que quema

Soy verdad
soy error, soy perdón, soy rencor
insensatez y razón
frío que hiela

Sabia intuición, imprudente pasión, soy así
Riesgo y temor, soy aliento y calor para ti

Me amarás, te querré, te daré comprensión
te odiaré, lloraré, sufriré con dolor
mentirás fingiré
y por amor soy lo que soy
una mujer

Soy mujer
soy cruel, compasiva a la vez
contradicción, claridad y oscuridad

Soy volcán,
soy un alma en plena erupción
calma con lucha interior
ave que vuela

Savia intuición, imprudente pasión, soy así
Riesgo y temor, soy aliento y calor para ti

Me amarás, te querré, te daré comprensión
te odiaré, lloraré, sufriré con dolor
mentirás, fingiré
y por amor soy lo que soy
una mujer

Me amarás, te querré, te daré comprensión
te odiaré, lloraré, sufriré con dolor
mentirás, fingiré
y por amor soy lo que soy
una mujer.

Biocentrismo


El término “biocentrismo” es polisémico dado que posee, al menos, tres significados distintos: uno en el ámbito filosófico, otro en el marco de las ciencias medioambientales y un tercero, finalmente, en el contexto de la ciencia astrobiológica.

Dentro del ámbito filosófico, el término “biocentrismo” se emplea para designar la doctrina ética que niega cualquier posición privilegiada del ser humano en el conjunto de los seres vivos y, en consecuencia, que la humanidad sea centro o fuente de valores universales. El biocentrismo toma como sujeto y fuente de valores la vida en general, negándole a la humana el puesto central, por lo que es anti-antropocéntrico. Este es el uso del término “biocentrismo” que hacen la deep ecology y el movimiento conservacionista, basándose en las teorías de Aldo Leopold y Paul W. Taylor.

Un segundo significado de “biocentrismo” es el opuesto al de “funcionalismo”. En este sentido, ambos términos hacen referencia a dos enfoques contrapuestos en el estudio y gestión del medio natural, los cuales han dado origen a sendas disciplinas científicas: la Ecología de Poblaciones y la Ecología de Sistemas, respectivamente. Desde esta perspectiva, el biocentrismo se caracteriza, básicamente, por centrar su atención en los organismos, tomar como elemento básico la biota, hacer de la selección natural su paradigma explicativo y defender la biodiversidad.

El funcionalismo, en cambio, considera los organismos y el ambiente abiótico como un todo superior a la suma de las partes (holismo) y hace del flujo de materia y energía su principal objeto de análisis. Su paradigma explicativo son las leyes de la termodinámica. El funcionalismo destaca la ecodiversidad frente a la biodiversidad y considera que es el mantenimiento del flujo de materia y energía característico de un ecosistema lo que garantiza la conservación de los organismos que hay en él.

el biocentrismo pretende considerar moralmente relevantes no sólo a los humanos, sino a toda la naturaleza, la que compartiría con el ser humano la especial característica de “estar viva”.
Fuente(s):
www.cibernous.com/autores/.../biocentris… -
ecosofia.org/.../la_vida_en_el_centro_…


El biocentrismo (del griego βιος, bios, "vida"; y κέντρον, kentron, "centro") es un término aparecido en los años 1970 para designar a una teoría moral que afirma que todo ser vivo merece respeto moral.

Asociado en sus orígenes con la deep ecology (ecología profunda o radical), el biocentrismo pretende reivindicar el valor primordial de la vida. El biocentrismo es un modo de pensar que se contrapone al teocentrismo y al antropocentrismo.

Funda su ideario en los conceptos de interacción, la coevolución, la complejidad de las relaciones entre las especies, la no discriminación, el trato con los animales, la cultura de lo vivo, la interactividad de los sexos, la democracia participativa, la agricultura ecológica y el uso de las energías renovables. Asimismo, entiende que la Tierra puede vivir sin el hombre, pero el hombre no puede vivir sin la Tierra.
Fuente(s):
wikipedia

miércoles, 16 de marzo de 2011

Mes de la mujer - Mujeres destacadas - Tita Merello

Tita Merello - Tanguera de pura cepa

"Alguien dijo que mi nombre es como el tango. Debe ser cierto, porque me siento un cacho de Buenos Aires. Mi barrio fue la calle, y mis amigas y enemigas, las noches".
Tita Merello es una de las mujeres más importantes de la cultura de nuestro país. Marcó una época con sus diferentes apariciones como actriz y cantante de tango en todos los medios, destacándose en cada uno de ellos. Amada por un país entero, siempre fue respetada por todas las generaciones. Carismática y de carácter, supo enfrentar los momentos más oscuros de su vida por los que tuvo que hacerse fuerte para salir adelante. Creyendo en ella y en Dios, lo logró y llegó muy lejos como artista.

Laura Ana Merello, conocida como Tita Merello, nació el 11 de octubre de 1904 en San Telmo, Buenos Aires. Su madre era Ana Gianelli, planchadora, y su padre, Santiago Merelli, (Tita cambió su apellido a Merello) cochero de mateos, quien murió cuando ella tenía apenas 7 meses de vida. Tras este hecho, su infancia fue muy corta y triste porque al no tener dinero, no podía tener alcance a juegos ni a vivir una infancia digna como el resto de los niños.

Su madre se casó con otro hombre y tuvo un hijo, Pascual Anselmi. A los 5 años, como su mamá tuvo que irse a trabajar Tita fue internada en un asilo. Cuando era más grande, aunque seguía siendo una niña, vivió en Montevideo, Uruguay, y allí trabajó de mucama sin sueldo. También pasó un tiempo en un campo donde ordeñaba vacas, preparaba asado y cebaba mate. Así se ganaba la vida en vez de estar jugando y estudiando. Sin saber leer ni escribir, conoció perfectamente los significados del hambre y del miedo porque los vivía en carne propia cada día de su vida.

Cuando tenía quince años, se cruzó con el redactor periodístico del diario La Nación, Eduardo Borrás, de quien se hizo muy amigo y pasó a ser una persona clave para su vida porque fue su gran maestro. Fue tan lista que de ser analfabeta pasó a ser parte de la revista Voces en 1931, publicando los artículos que escribía. Muy pocas actrices de nuestro país tuvieron el lujo de tener carnet de periodista, y Tita fue una de ellas. Le encantaba escribir crónicas, poemas, consejos y su historia de vida, reflejada en su libro “La calle y yo” que editó en 1972.

Sus primeros contactos con el teatro no fueron muy buenos, comenzó siendo corista, luego en 1920 participó de la obra “Las vírgenes de Teres” pero cuando tuvo que bailar no tuvo aceptación por parte del público, desilusionada optó por presentarse en los cafés exclusivos para hombres. La apodaron “la vedette rea” cuando se inició como vedette de la revista nacional, y en el Teatro Maipo cantó su primer tango llamado Trago Amargo. Allí fue figura estelar. Demostró que era ideal para cantar tangos y cada vez le daban mayor participación en variadas obras.

En 1933, en el primer film argentino sonoro “Tango”, tuvo su debut en el cine. Comenzó a interpretar papeles como segunda protagonista en varias películas para luego consagrarse como actriz dramática. Pero las treinta y tres películas que realizó la llevaron a ser una de las estrellas principales del cine de oro de Argentina en las décadas del ´40 y del ´50. Por sus excelentes actuaciones recibió premios de jerarquía como actriz de reparto y mejor actriz. En los ´90 fue considerada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires.

Como cantante también demostró tener habilidades, algunos de los tangos que interpretaba pasaron a ser parte de nuestra historia, como Se dice de mí, Pipistrela y El choclo.

Algunos compañeros de trabajo la definían como una persona exigente y de mal humor cuando no salían bien las escenas, pero eso pasaba porque era sumamente profesional.

Gran amiga de Victoria Ocampo, Julio Mahárbiz y Víctor Sueiro fue una mujer muy solitaria, tuvo romances con varios actores con los que trabajó. Su único amor, tal como ella lo consideraba, fue Luis Sandrini, con quien estuvo durante seis años. Hicieron gira juntos, a veces trabajando en los mismos proyectos y otras por separado. Cuando él tuvo que viajar a México, Tita lo acompañó y como allí era considerada muy buena actriz le surgieron propuestas laborales interesantes. Le salió tan bien su papel y la crítica mexicana habló tan bien de ella que ganó el premio Ariel, el más importante del país, por ser la mejor actriz del año.

Tuvieron que separarse cuando lo convocaron para actuar en España porque Tita no pudo acompañarlo debido a que estaba haciendo una película en Argentina y cuando regresó nuevamente al país, Luis Sandrini conoció a la actriz Malvina Pastorino con quien se casó y tuvo 2 hijas. Merello quedó muy dolida por la situación y la consideró su gran enemiga durante casi toda su vida.

Después de recuperarse sentimentalmente, su nueva pareja fue Tito Alonso pero en un viaje a Luján sufrieron ambos un accidente por el vuelco del auto en el que viajaban y estuvieron internados, después ella terminó la relación.

En 1955 no tenía muchas posibilidades de trabajo y estaba acusada de traficar té de Ceylán. Aterrada decidió viajar a México tras el derrocamiento del Presidente Juan Domingo Perón. Pensaba que en ese país iba a estar mejor porque conocía a muchos actores y la productora con la que había trabajado, pero ésta cerró por bancarrota y entonces quiso regresar al país ya que vio que no le era posible continuar con su carrera. La situación se complicó aún más cuando tampoco podía regresar a Argentina por apoyar al peronismo.

Cuando ganó las elecciones el radical Arturo Frondizi, en febrero de 1958, pudo retornar a su país natal y seguir con su profesión, conoció a Hugo del Carril quien la dirigió en varias oportunidades y encabezó un espectáculo de revistas. Así continuó con su merecido éxito gracias a la aceptación del público. Grabó varios discos y también escribió las letras de los tangos Llamarada pasional, dedicada a Sandrini, Decime Dios dónde estás y Muchacha rana, y además algunos textos para una obra de Enrique Carreras.

También condujo programas televisivos junto a Víctor Sueiro, se dirigía al público femenino a quien le recomendaba hacerse los estudios de papanicolau, ya que ella enfrentó un cáncer y quería prevenir al resto de las mujeres haciéndoles tomar conciencia. Participó en Polémica en el bar con Gerardo Sofovich. Por ATC, en Notiservicio, también se dirigía al sexo femenino contestándoles cartas que le escribían. A su vez, Todo Tita y Conversando de todo con Tita fueron ciclos de radio en los cuales supo brillar como lo hacía en casi todos sus trabajos.

A los 81 años optó por dejar el cine y a medida que el tiempo pasaba ella tenía menos apariciones públicas, sólo podíamos disfrutar de escucharla por radio o por llamados telefónicos en programas de televisión. Quería que la recordáramos bien, como la mujer que siempre fue, alegre y segura, sin tener que arreglarse para las fotos para ocultar lo que la vejez hizo. Esto la angustiaba terriblemente, no quería dar lástima ante una sociedad que idolatraba (y sigue haciéndolo), la belleza y la juventud. Por eso decidió recluirse y tener aún más fe en Dios, el que siempre la ayudó a salir adelante con sus enfermedades. Ni siquiera permitía que entre el periodismo a su casa.

Sus últimos tres años de vida los pasó en la Fundación Favaloro, porque si bien los problemas del corazón ya habían sanado prefería quedarse allí para que la controlen permanentemente. Le hacían compañía su ayudante y las dos sobrinas que tuvo de su medio hermano que murió tres meses antes que ella.

Confesando que los domingos le resultaban terribles, reclamaba amor de la gente, no sólo el respeto que supo ganarse. Quería morirse en la calle, en su país porque le debía todo lo que fue. Como si se hubiera entregado, los últimos días estaba más deprimida que de costumbre y ni siquiera comía. Finalmente falleció mientras dormía, solitaria a los 98 años, el 24 de diciembre del 2002, producto de un paro cardiorrespiratorio. Así lo quiso, dijo que quería pasar la navidad junto a sus seres queridos que ya no estaban, y así lo dispuso el destino.

Fue despedida como una gran personalidad de nuestro país, con el Regimiento de Patricios tocando nuestro himno. Sus cenizas se encuentran en el Panteón de Compositores de Sadaic.

Cuenta con un monolito en el conventillo de la calle Corrientes 1312 donde ella pasó su adolescencia, un Complejo que lleva su nombre y una plaza pública. Recibió premios en vida y algunos con dinero que donaba al Hospital de Niños y a la ex Casa Cuna.