martes, 4 de diciembre de 2018

El sol del bodhisattva, José Manuel Martínez Sánchez, en Poemas espirituales



El viento nace profundo desde el silencio del horizonte,
camina tu corazón los pasos de la vida y de la muerte
en un mismo segundo, en una misma eternidad,
en un solo latir fugaz e inconquistable.

Tu corazón es ese viento que palpita
y lo hace surgir todo
desde la nada.

Caminas lejos de las sombras,
como un soldado que no teme al mañana
ni al frío cautiverio de ser el dueño
de lo efímero.

Vives sin prisa en una guerra que no temes,
porque la materia del temor no te reconoce
y aplacas la ira de los injustos regalando
tu silencio.

Lo das todo a cambio de nada y por eso
te has ganado a ti mismo. Eres el Buda
de la entrega, del amor que no desespera
recompensas. Tu entrega es tu regalo,
y tu corazón un tesoro que todos buscan
afuera. Tú vives dentro, y como la luz,
te proyectas de inmediato en lo oscuro,
otorgando claridad y destellos de pureza.

Los otros miran el sol directamente, cegándose,
irremediables. Tú no miras nada, sólo buscas
tu alma en el viento, el viento en el viento,
y siempre el sol aparece detrás tuyo, dirigiéndose
a donde tu mirada le lleve, buscando su luz en ti.

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