viernes, 21 de julio de 2017

¿Qué son los cronopios de Cortázar?

Si todavía los cronopios (esos verdes, erizados, húmedos objetos) anduvieran por las calles, se podría evitarlos con un saludo: —Buenas salenas cronopios cronopios. 

                Julio Cortázar




La respuesta “típica” es que se tratan de seres verdes y húmedos, poemas sin rima, dibujos sin margen. Algunos se han aventurado a relacionarlos con el tiempo o atribuírles clase social, en el video que dejo al final del post Cortázar niega esas suposiciones.La primera vez que Julio mencionó a los cronopios fue en un artículo titulad ” Louis el enormísimo cronopio”, trataba sobre un concierto de Louis Armstrong en 1952 . Parece ser sin embargo que un poco antes ese mismo año, los cronopios se presentaron ante Cortázar durante un concierto homenaje a Igor Stravinsky  en el Theatre Champs Elysees, en París. El hecho que se los haya imaginado en medio de un  concierto, nos aporta una pista sobre los cronopios, ellos adoran la música.
Cuando uno lee “Historias de Cronopios y Famas”, entiende la personalidad de los cronopios  por su forma de actuar. Son sensibles, amantes de la naturaleza disfrutando y respetando su belleza, se apasionan por la música, no son convencionales, se comportan espontánea e ingenuamente, son soñadores, despreocupados, nada organizados, alegres, positivos aunque melancólicos. En conclusión, son seres que perciben la vida de la misma manera que lo hacía Cortázar desde la imaginación y fantasía, su naturaleza los hace un tanto asociales y no son bien vistos por las “famas” ( seres organizados y estrictos), ni por las “esperanzas” ( aburridas, nada sensibles, criticonas).
Les dejo con nuestro Cronopio mayor y tres de mis historias favoritas sobre ellos :
Saludos poéticos,
Cronopiomaga
CRONOPIO Y SU FLOR
“Un cronopio encuentra una flor solitaria en medio de los campos. Primero la va a arrancar, pero piensa que es una crueldad inùtil y se pone de rodillas a su lado y juega alegremente con la flor a saber: le acaricia los pétalos, la sopla para que baile, zumba como una abeja, huele su perfume, y finalmente se acuesta debajo de la flor y se duerme envuelto en una gran paz. La flor piensa: “es como una flor”
EL CANTO DE LOS CRONOPIOS
Cuando los cronopios cantan sus canciones preferidas, se entusiasman de tal manera que con frecuencia se dejan atropellar por camiones y ciclistas, se caen por la ventana, y pierden lo que llevaban en los bolsillos y hasta la cuenta de los días.
Cuando un cronopio canta, las esperanzas y los famas acuden a escucharlo aunque no comprenden mucho su arrebato y en general se muestran algo escandalizados. En medio del corro el cronopio levanta sus bracitos como si sostuviera el sol, como si el cielo fuera una bandeja y el sol la cabeza del Bautista, de modo que la canción del cronopio es Salomé desnuda danzando para los famas y las esperanzas que están ahí boquiabiertos y preguntándose si el señor cura, si las conveniencias. Pero como en el fondo son buenos (los famas son buenos y las esperanzas bobas), acaban aplaudiendo al cronopio, que se recobra sobresaltado, mira en torno y se pone también a aplaudir, pobrecito.
VIAJES
Cuando los famas salen de viaje, sus costumbres al pernoctar en una ciudad son las siguientes: Un fama va al hotel y averigua cautelosamente los precios, la calidad de las sábanas y el color de las alfombras. El segundo se traslada a la comisaría y labra un acta declarando los muebles e inmuebles de los tres, así como el inventario del contenido de sus valijas. El tercer fama va al hospital y copia las listas de los médicos de guardia y sus especialidades.Terminadas estas diligencias, los viajeros se reúnen en la plaza mayor de la ciudad, se comunican sus observaciones, y entran en el café a beber un aperitivo. Pero antes se toman de las manos y danzan en ronda. Esta danza recibe el nombre de “Alegría de los famas”.
Cuando los cronopios van de viaje, encuentran los hoteles llenos, los trenes ya se han marchado, llueve a gritos, y los taxis no quieren llevarlos o les cobran precios altísimos. Los cronopios no se desaniman porque creen firmemente que estas cosas les ocurren a todos, y a la hora de dormir se dicen unos a otros: “La hermosa ciudad, la hermosísima ciudad”. Y sueñan toda la noche que en la ciudad hay grandes fiestas y que ellos están invitados. Al otro día se levantan contentísimos, y así es como viajan los cronopios.
Las esperanzas, sedentarias, se dejan viajar por las cosas y los hombres, y son como las estatuas que hay que ir a verlas porque ellas ni se molestan.

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