jueves, 6 de julio de 2017

Crisis existencial

La vida no tiene sentido, se lo das tú, con lo que hagas, con lo que te pasiones, con tus ilusiones. Tu construyes el universo a tu medida

Walter Riso



Mi vida no tiene sentido. Crisis existencial.

El viento nunca es favorable para quien no sabe dónde va. Encuentra un objetivo y no dejes que nada te desanime.

El infierno es estar muerto en vida. Es no encontrar sentido a tu vida, no tener por lo que luchar, peor aún no saber por lo que luchar.
Tienes dos opciones quedarte ahí arrodillado aguantando los golpes, seguir metido debajo de la cama muerto de miedo o puedes levantarte y luchar. Es tu elección. 
Deja de culpar al mundo y sal a por todas. La diferencia entre el que gana y el que pierde, no es que uno no tiene miedo. La diferencia es que el ganador se enfrenta a su miedo.
No te diré que la vida es fácil, ni te diré que salir del infierno es fácil porque no lo es. Pero eso no te justifica para no intentarlo. ¿Qué tienes que perder? Te digo que el infierno es lo peor y estás en él. Solo puedes ganar. Lo fácil es rendirse, quejarse y llorar. Eso lo hace cualquiera. Pero salir a comerse el mundo y a luchar por lo que quieres no. Eso es para gente excepcional. Esos son los que ganan. Y viven en el mismo mundo que tú, no son de otro mundo. En su mundo también hay crisis, también escasea el trabajo, también hay terremotos, también hay telediarios que parecen el apocalipsis. Es el mismo mundo. Pero al ganador le da igual el mundo porque no cree en el mundo, cree en él. Le dan igual las circustancias porque sabe que puede con ellas, que tiene recursos.
Busca algo que te apasione, algo que siempre hayas querido hacer y ve a por ello. No escuches a los que te dicen que no puedes, que es una locura. Ellos son perdedores, si escuchas sus mensajes serás tan perdedor como ellos. No hables de lo mal que va el mundo, cambia lo que puedas de él. Puedes cambiarte a ti. Puedes dejar de lamentarte y ser feliz. Puedes creer en ti. Sabes lo que eres. Ve a por ello.
Autora: Rosa María Miguel García.

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