viernes, 30 de junio de 2017

Mercado flotante de Damnoen Saduak

Tailandia esta repleta de mercados flotantes cargados de encanto y belleza donde el viajero podrá sacar sus mejores fotos. De todos los mercados flotantes, Damnoen Saduak es sin duda el mayor y más conocido entre los turistas tailandeses y extranjeros. De mercados flotantes genuinos son pocos y distantes entre sí, por lo que vale la pena acercarse a uno de ellos y descubrir como comerciaban antiguamente desde sus barcas, los vendedores de fruta y artesanía. En Damnoen Saduak, hay tantos vendedores en barca que se mire donde se mire hay siempre una estampa preciosa de postal que captar con la cámara y llevarnos un recuerdo de la Tailandia más autentica.
Se puede llegar allí en autobús publico desde la terminal de autobuses del sur de Bangkok (Southern Bus Terminal ) en poco menos de 2 horas. Aun que si solo deseas visitar el mercado flotante en un día y volver a la capital del país de Siam a pasar la noche, lo mejor es contratar una excursión con furgoneta en cualquier de las agencias de viajes que repartidas por Khao San rd.
Estos tours con furgoneta son mucho más rápidos y efectivos por un precio solo ligeramente superior a la de autobuses públicos, y conducen al viajero directamente al mercadillo sin evitar confusiones o posibles perdidas. Llegar temprano es la mejor manera de asegurar unas buenas instantáneas y sobretodo en temporada baja, ya que la afluencias de turistas es menor.
Una vez llegados al mercado flotante, hay 2 formas de ver sus canales repletos de vendedores, a pie por sus muelles y embarcaderos cargados de encanto o desde el agua con una barca que recorre todas sus zonas. Nosotros recomendamos las 2, primero en barca ya que hay menos turistas y es desde donde se obtiene mejor perspectiva del mercadillo y después cunado ya empieza a estar lleno de gente y los atascos fluviales son frecuentes, continuar nuestra visita a andando por sus alrededores, que es cundo mejor se pude explorar la red de puentes que cruza el agua y conecta encantadoras casa aisladas con tierra firme.
La excursión en barca suele costar 300 thb por persona y dedican una hora a pasear tranquilamente por el cauce de sus canales. Las embarcaciones suele rozarse unas con las otras por lo que nunca saquéis las manos o brazos de ella. Durante todo el viaje los vendedores de bebidas y fruta ofrecen los clientes sus productos para aguantar el calor, y a medida que se acerca el mediodía platos realizados allí mismos para poder disfrutar de un humeante plato de “noddels” sin bajar de la balsa de madera.

A pie
El recorrido a pie ya es más relajado mientras no subimos por el entramado de puentes y zonas de las compuertas de control del nivel del agua, todo descubriendo las áreas más apartadas y donde en el recorrido en barca no hemos podido llegar. Andando encontraremos las casas donde vive esta gente que nos acogerán con una sonrisa y estarán encantados que exploremos ese lugar sin solamente quedarnos con la imagen de la zona más turística.
Los monjes budistas también se acercan al mercadillo desde sus templos de buena hora de la mañana para solicitar sus limosnas que los ciudadanos tailandeses de buena gana ofrecen a cambio de una bendición y un poco más de suerte en sus vidas y negocios flotantes. La mayoría de tours privados que realizan esta visita, dejan a los visitantes en un embarcadero mas accesible y apartado del mercado donde los acercan con canoa hasta el centro del mismo, este trayecto normalmente con el coste incluido en el mismo precio de la visita, es una oportunidad de fotografiar también los alrededores de la zona mientras observamos sus ciudadanos realizando su vida cotidiana en las casa que colindan con los canales. Una estampa que deja instantáneas inolvidables.

Este mercadillo se disfruta mucho más cuando la afluencia de gente es mas baja, y es un lugar ideal para realizar nuestras compras en artesanía local y degustar las frutas y platos típicos del centro de Tailandia mientras navegamos por sus canales.
Los tailandeses son gente amable que les encanta hacer negocio como a todo el mundo, pero siempre con buenos modales y sin olvidar que lo más importante es  gozar de nuestra visita y no de sacar una pieza de artesanía a coste de fabrica. Con estos cuatro consejos podréis tener una visita a al mercado de Damnoen Saduak increíble.

Chayanne - Y Tú Te Vas




Nunca imagine la vida sin ti
En todo lo que me plante, siempre estabas tu
Solo tu sabes bien quien soy
De donde vengo y a donde voy
Nunca te he mentido nunca te he escondido nada
Siempre me tuviste cuando me necesitabas
Nadie mejor que tu sabrá
Que di todo lo que pude dar
Y ahora y tu te vas
Así como si nada (y tu te vas)
Acordándome la vida, agachando la mirada
Y tu te vas
Y yo que me pierdo entre la nada (y tu te vas)
Donde quedan las palabras
Y el amor que me jurabas y tu te vas
Si es que te he fallado dime como y cuando a sido
Si es que te has cansado y ahora me hechas al olvido
No habrá nadie que te amara
Así como yo te puedo amar
Y ahora y tu te vas
Así como si nada (y tu te vas)
Acordándome la vida, agachando la mirada
Y tu te vas
Y yo que me pierdo entre la nada (y tu te vas)
Donde quedan las palabras
Y el amor que me jurabas y tu te vas
Por mas mas que busco no encuentro razón
Por mas que intento no puedo olvidar
Eres como una llama que arde en el fondo de mi corazon
Y tu te vas
Acordándome la vida, agachando la mirada
Y tu te vas

El sistema energético y los cuerpos no materiales del hombre




La mayoría de las personas consideran el mundo de la materia y, por tanto, también el cuerpo físico como la única realidad, pues es el único que pueden percibir a través de los sentidos físicos y captar con el raciocinio. Sin embargo, al ojo clarividente que mira a una persona se le abre un sinfín de estructuras energéticas, movimientos energéticos, formas y colores, que se hacen visibles dentro y alrededor del cuerpo físico.

Si tú te encuentras entre esas personas que sólo pueden aceptar como realidad el cuerpo material, piensa en todo lo que sucede con la energía, con la fuerza vital que da vida a un cuerpo físico y que le proporciona sensaciones y capacidad de expresión, cuando ese cuerpo muere. Una ley física afirma que, en el universo, la energía no se destruye, sino que únicamente puede transformarse en otras formas de energía. La energía que actúa detrás de la manifestación material del cuerpo y sus funciones y capacidades está compuesta por un sistema energético complejo sin el cual no podría existir el cuerpo físico. Este sistema energético está formado por tres componentes fundamentales:

1) Los cuerpos no materiales o cuerpos energéticos.
2) Los chakras o centros energéticos.
3) Los nadis o canales energéticos.

En este sistema los nadis constituyen una especie de arterias intangibles. La palabra «nadi» procede del sánscrito y significa aproximadamente «tubo», «vaso» o «arteria». Su función consiste en conducir el «prana» o energía vital a través del sistema energético no material.

La palabra sánscrita «prana» puede traducirse por «energía absoluta». En el ámbito cultural chino y japonés esta fuerza vital universal se denomina «chi» o «ki». Representa la fuente original de todas las formas energéticas y se manifiesta en diferentes áreas existenciales mediante frecuencias distintas. Una de sus manifestaciones es la respiración, una de las formas por las que podemos absorber «prana» dentro de nosotros.

El plano de la consciencia de toda forma viva depende de las frecuencias del «prana» que puede absorber y almacenar. Así, por ejemplo, en los animales encontramos gamas de frecuencia más bajas que en el hombre, y en los hombres desarrollados hallamos frecuencias superiores a las que encontramos en personas que se encuentran al principio de su desarrollo.

A través de los chakras, los nadis de un cuerpo energético están unidos con los nadis del cuerpo energético vecino. Algunos textos indios y tibetanos antiguos mencionan el número de 72.000 nadis; otros escritos históricos hablan de 350.000 nadis. Los canales energéticos más importantes son: «sushumna», «ida» y «pingala», sobre los que profundizaremos en el capítulo siguiente. Los chinos y japoneses conocen un sistema similar de canales energéticos que denominan meridianos (del conocimiento de estos meridianos se desarrolló la acupuntura).

En el sistema energético del hombre los chakras sirven de estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes frecuencias del «prana». Absorben, directamente o a través de los nadis, las energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno, del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación, la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas del cuerpo físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al entorno. Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con las fuerzas que actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el universo y en la base de la creación.

Dado que los chakras mantienen una interrelación muy estrecha con los cuerpos energéticos, en este capítulo nos gustaría describir primeramente la apariencia externa y las funciones de estos cuerpos. En el capítulo siguiente se incluye una descripción general de los chakras, y en los siete capítulos dedicados a cada uno de los chakras se encuentra una exposición detallada de las funciones de cada uno de estos centros energéticos.

En general, se distinguen cuatro cuerpos energéticos:

1) El cuerpo etérico.
2) El cuerpo emocional o astral.
3) El cuerpo mental.
4) El cuerpo espiritual o causal.


Esta ilustración muestra una representación histórica de una tablilla de chakras y nadis procedente del Tíbet. Junto a los siete chakras principales podemos reconocer un gran número de chakras secundarios, así como una red prácticamente inabarcable de finos canales energéticos, los nadis. Algunos textos que nos han sido transmitidos por la tradición mencionan 350.000 nadis, a través de los cuales fluyen las energías cósmicas. Éstos se aúnen en 14 nadis principales, que a su vez se corresponden con los chakras.

Cada uno de estos cuerpos no materiales posee su propia frecuencia de vibración fundamental. El cuerpo etérico, que es el más cercano al cuerpo físico, vibra con la frecuencia más baja. Los cuerpos astral y mental poseen a su vez frecuencias mayores, y en el cuerpo causal podemos encontrar representados los índices de vibración máximos.

Cada uno de estos cuerpos se asemeja a un baile de energías dentro de su propia gama de vibraciones, en el cual las frecuencias aumentan constantemente a lo largo del desarrollo y perfeccionamiento de una persona. Los cuerpos energéticos representan portadores de conciencia en determinados planos de vibración, y cuando su índice de vibración aumenta transmiten al hombre energías vitales, sensaciones y conocimientos superiores dentro de su ámbito de funciones específico.

Sin embargo, los diferentes cuerpos energéticos no están totalmente separados entre sí. Se interpenetran mutuamente mientras cada uno vibra dentro de su propia gama de frecuencias, de forma que incluso un clarividente sólo podrá distinguirlos ajustando su capacidad de clarividencia a la esfera correspondiente. Por ejemplo, para poder observar el cuerpo astral tendrá que dirigir su mirada clarividente a la esfera astral; si desea percibir el cuerpo mental, debe ajustarse a la esfera mental, etcétera.



El cuerpo etérico

El cuerpo etérico posee aproximadamente la misma extensión y forma que el cuerpo físico. Por ello también se encuentra la denominación de «doble etérico» o «cuerpo físico interior». Es el portador de las fuerzas modeladoras para el cuerpo físico, así como de la energía vital creadora y de todas las sensaciones físicas.

El cuerpo etérico se forma de nuevo en cada reencarnación del hombre, y vuelve a disolverse en el plazo de tres a cinco días después de su muerte física (el cuerpo astral, el cuerpo mental y el cuerpo causal continúan existiendo después de la muerte, y en cada nueva encarnación se unen otra vez al recién formado).

El cuerpo etérico atrae energías vitales del sol a través del chakra del plexo solar, y energías vitales de la tierra a través del chakra basal. Acumula estas energías y, a través de los chakras y los nadis, las conduce al cuerpo físico en flujos vitales ininterrumpidos. Las dos formas de energía se encargan de mantener un equilibrio vivo en las células corporales. Cuando el «hambre de energía» del organismo está saciado, la energía sobrante del cuerpo etérico se irradia hacia fuera a través de los chakras y de los poros. Sale a través de los poros en filamentos de energía rectos de aproximadamente 5 centímetros de longitud y constituye el aura etérica, que, por lo general, es la primera fracción del aura total percibida por las personas clarividentes. Estos rayos se disponen en torno al cuerpo físico formando como un manto protector. Impiden a los gérmenes patógenos y a los contaminantes penetrar en el cuerpo, y simultáneamente irradian un flujo constante de energía vital hacia el entorno.

Esta protección natural significa que, básicamente, una persona no puede enfermar debido a causas de origen externo. Las razones de una enfermedad radican siempre en ella misma. Los pensamientos y emociones negativos, y una forma de vida que no esté en consonancia con las necesidades naturales de cuerpo (sobreesfuerzo, alimentación insana, abuso de alcohol, nicotina y drogas), pueden consumir la energía vital etérica, por lo que la irradiación energética natural perderá intensidad y vigor. De esta forma surgen zonas débiles en el aura. Los filamentos energéticos mencionados aparecen doblados o se sobrecruzan en formas desordenadas. El clarividente puede reconocer «agujeros» o «grietas» en el aura, a través de los cuales pueden penetrar en el cuerpo las vibraciones negativas y las bacterias causantes de enfermedades. Además, la energía vital puede «escapar» de la zona no material a través de estas heridas.

Debido a esta estrecha relación existente entre el estado de cuerpo físico y la radiación energética del cuerpo etérico, a menudo se habla también de un aura de la salud. Antes de manifestarse en el cuerpo físico, las enfermedades se manifiestan en el aura etérica. Y pueden ser detectadas y tratadas en este plano. La denominada fotografía Kirlian consiguió hacer visible por primera vez esta radiación energética, propia de cada ser vivo*. Basándose en este invento, se han hecho diagnósticos muy precisos y se han detectado enfermedades incluso cuando aún se encontraban en fase latente.

El cuerpo etérico, y con él el cuerpo físico, reaccionan de forma particularmente intensa a los impulsos mentales que proceden del cuerpo mental. Aquí estriba la razón de los éxitos que el pensamiento positivo tiene sobre la salud. Nosotros podemos favorecer la salud de nuestro cuerpo utilizando prudentemente las sugestiones positivas.

Otra función importante del cuerpo etérico consiste en servir de intermediario entre los cuerpos energéticos superiores y el cuerpo físico. Transmite al cuerpo emocional y al cuerpo mental las informaciones que recogemos a través de los sentidos corporales, y simultáneamente transmite energías e informaciones desde los cuerpos superiores al cuerpo físico. Cuando el cuerpo etérico se encuentra debilitado, este flujo de información y energía se halla obstaculizado, y el hombre puede parecer indiferente tanto en el plano emocional como en el mental.

Para armonizar y recargar el cuerpo etérico son idóneas las diversas formas de terapia que se describen más adelante en este libro.

A este respecto es interesante señalar que las plantas, en particular las flores y los árboles, también poseen una radiación energética muy semejante al aura etérica del hombre. Puedes utilizar esta radiación para proporcionar nueva energía a tu propia aura. También se encuentra en los aceites esenciales, cuya aplicación exponemos en el capitulo correspondiente del presente libro. Pero también puedes ponerte en contacto directo con la energía de las plantas. Para ello, apoya tu espalda contra un árbol que te resulte simpático o abrázalo, descargando todo tu cuerpo contra él. Deja que la fuerza armonizadora y energética del árbol se transmita a tu interior. También puedes tumbarte en una pradera florida y repleta de aromas y dejar que las vibraciones de las delicadas flores te envuelvan y penetren. También las flores cortadas o las flores colocadas en un florero que tengas cerca de ti pueden transmitirte algo de su energía activadora y armonizadora. Las plantas reaccionan a tu amor y a tu agradecimiento por este servicio aumentando aún mas su fuerza de irradiación, pues entre sus misiones figura la de ayudar de esta forma al hombre.


* Se trata de un método especial de fotografía de alta frecuencia desarrollado por el matrimonio de investigadores rusos Semion D. y Valentina K. Kirlian, de los cuales recibe su nombre.



El cuerpo emocional

El cuerpo emocional, con frecuencia denominado también cuerpo astral, es el portador de nuestros sentimientos, de nuestras emociones y de las cualidades de nuestro carácter; ocupa aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo físico. En una persona poco desarrollada, sus contornos están poco delimitados: el cuerpo emocional se presenta como una sustancia nebulosa que se mueve caótica y desordenadamente en todas las direcciones. Cuanto más desarrollada esté una persona en la definición de sus sentimientos, sus simpatías y las cualidades de su carácter, tanto más claro y transparente se manifestará su cuerpo emocional. El clarividente puede observar un contorno nítidamente marcado que se adapta perfectamente a la forma del cuerpo físico.

El aura del cuerpo emocional presenta una forma ovalada y puede extenderse a varios metros de distancia en torno a la persona. Toda emoción se irradiará en su aura correspondiente a través del cuerpo emocional. Este proceso se produce fundamentalmente a través de los chakras, y en menor medida a través de los poros. El aura emocional está inevitablemente en movimiento. Junto a las peculiaridades del carácter fundamentales y relativamente constantes que se reflejan como los colores esenciales permanentes del aura, cada sentimiento instantáneo, cada estimulo del ámbito de las emociones, se reflejará en el aura. Es un juego indescriptible de colores irisados que cambian constantemente con toda clase de matices. Por ejemplo, emociones como la angustia, la furia, la opresión y las preocupaciones generan en el aura figuras nebulosas oscuras. Cuanto más abre una persona su conciencia al amor, la entrega y la alegría, más claros y transparentes son los colores que irradia su aura emocional.

Ninguno de los otros cuerpos no materiales marca con tanta fuerza como el cuerpo emocional la visión del mundo y de la realidad del hombre medio. En el cuerpo emocional se hallan almacenadas, entre otras, todas nuestras emociones no liberadas, las angustias y agresiones conscientes e inconscientes, las sensaciones de soledad, rechazo y falta de autoconfianza, etc.: emiten sus vibraciones a través del aura emocional y transmiten el mensaje inconsciente que enviamos al mundo exterior. Y aquí es donde se realiza el principio de la atracción mutua. Las frecuencias energéticas que emitimos atraen vibraciones energéticas iguales del entorno y se unen con ellas. Esto significa que, con frecuencia, nos encontraremos con personas y circunstancias que precisamente reflejan aquello que nosotros queremos evitar o de lo que queremos librarnos conscientemente, o aquello que tememos. De esta forma, el entorno nos sirve como espejo para todos aquellos elementos que hemos relegado desde nuestra vida consciente a las áreas del inconsciente. Efectivamente, los sentimientos no liberados del cuerpo emocional aspiran a mantenerse con vida y a crecer dentro de lo posible. Así nos llevan una y otra vez a situaciones que se encargan de repetir las vibraciones emocionales originales, puesto que esas vibraciones son como su alimento.

La frecuencia de la angustia en una persona atrae situaciones en las que ve confirmada una y otra vez su angustia. Si esa persona encierra en si agresiones, siempre encontrará personas que exteriorizan las vibraciones de furia y agresión. Por ejemplo, si nos hemos propuesto no decir palabrotas en determinadas situaciones, pero sin haber liberado la agresión dentro de nosotros, puede suceder que alguien de nuestro alrededor comience inesperadamente a decir palabrotas.

El pensamiento consciente y los objetivos mentales del cuerpo mental tienen poca influencia sobre el cuerpo emocional, que sigue sus propias leyes. El cuerpo mental puede dirigir el comportamiento hacia el exterior, pero no suprimir las estructuras emocionales inconscientes.

Así, por ejemplo, una persona puede aspirar conscientemente al amor o el éxito, e inconscientemente irradiar frecuencias energéticas contradictorias de celos y falta de autoconfianza, que le impedirán alcanzar su objetivo consciente.

Las estructuras emocionales continúan existiendo a través de las diferentes encarnaciones siempre que no se liberen, puesto que el cuerpo emocional perdura después de la muerte física y se une en la reencarnación con el nuevo cuerpo físico. Las experiencias no liberadas almacenadas en el cuerpo emocional determinan en gran medida las circunstancias de la nueva vida.

Cuando hayamos comprendido realmente y de una vez por todas estas relaciones, debemos cesar obligatoriamente de vernos en el «papel de víctimas» y de atribuir la culpa de nuestras debilidades y miserias a otras personas o a las circunstancias. Eso significa en si mismo una gran liberación, puesto que entonces ya sabemos que tenemos gran parte de nuestro destino en nuestras propias manos, y podemos empezar a cambiar nuestra vida cambiándonos a nosotros mismos.

La mayor proporción de «nudos emocionales» del cuerpo emocional se encuentra localizada en la zona del chakra del plexo solar. Este chakra nos proporciona el acceso más directo a nuestras estructuras emocionales a través de la vivencia inmediata. Sin embargo, si queremos percibir y conocer estas estructuras mediante el entendimiento consciente, debemos traspasar los contenidos del chakra del plexo solar con la forma de manifestación suprema del cuerpo mental, la visión intuitiva, a la que tenemos acceso a través del chakra frontal. Pero ni siquiera esto significa una liberación real. Una disolución de las estructuras emocionales sólo puede producirse a través del cuerpo espiritual, que manifiesta la sabiduría, el amor y la bendición de nuestro yo superior, permitiendo al mismo tiempo conocer las relaciones interiores partiendo de la visión universal y holística de dicho yo. Este vínculo podemos establecerlo a través del chakra del corazón y del chakra coronal.

El yo superior no enjuicia, no divide las experiencias en «buenas» y «malas». Nos indica que tenemos que recorrer determinadas experiencias sólo para comprender qué sentimientos y acciones tienen como consecuencia una separación de la mente divina original, causando con ello sufrimiento, y para comprender y aprender a entender las leyes cósmicas del equilibrio natural. En los ámbitos de la vida en los que hoy nos consideramos «víctimas», en anteriores encarnaciones nosotros fuimos con gran frecuencia los «autores».

También en la terapia de los chakras tiene una importancia decisiva una actitud interior en la que afirmamos todas las experiencias y contenidos del cuerpo emocional y en la que contemplamos las imágenes y sensaciones que aparecen espontáneamente, sin rechazar o enjuiciar nada de ello, puesto que de esta forma nuestro yo superior puede asumir él «mando» e imbuir en todo nuestro ser las energías espirituales de nuestro cuerpo energético supremo.

Cuando las vibraciones de nuestro cuerpo espiritual se unen con el cuerpo emocional y lo penetran, éste comienza a vibrar más rápidamente y empieza a expulsar las energías negativas almacenadas, que tienen frecuencias menores. Con ello perdemos el recuerdo emocional de estas experiencias y podemos perdonarnos a nosotros mismos y a los demás.

A medida que aumenta la disolución de las estructuras emocionales estancadas, el cuerpo emocional comienza a irradiar profundos sentimientos de amor y de alegría incondicional. El aura emocional luce con los colores más claros, intensos y transparentes, y los mensajes que emite al entorno atraen la felicidad y el amor. Una capacidad rayana en lo milagroso para atraer todo lo deseado es la consecuencia natural de un cuerpo emocional plenamente integrado que vibra con las frecuencias máximas que le son posibles.



El cuerpo mental

Nuestros pensamientos e ideas, y nuestros conocimientos racionales e intuitivos, son portados por el cuerpo mental. Su vibración es mayor que la del cuerpo etérico y la del cuerpo emocional, y su estructura es menos compacta. Es de forma ovalada, y en el desarrollo superior del hombre su volumen puede extenderse hasta ocupar aproximadamente el mismo espacio que el cuerpo emocional y el aura emocional juntos. La irradiación áurica del cuerpo mental tiene un alcance de unos cuantos metros más.

En una persona poco desarrollada mentalmente, el cuerpo mental tiene la apariencia de una sustancia blanca lechosa. Los pocos colores existentes son apagados y sin brillo, y su estructura aparece relativamente opaca. Cuanto más vivos son los pensamientos y cuanto más profundos son los conocimientos intelectuales de una persona, tanto más claros e intenso son los colores que irradia su vehículo mental.

Al igual que el cuerpo emocional, el cuerpo mental también posee una octava mayor y una octava menor. Sus frecuencias menores se manifiestan en el pensamiento lineal del entendimiento racional, a través del cual buscan su acceso a la verdad la mayoría de las personas. Este tipo de actividad racional se basa en las percepciones del plano físico. Junto a esto, el cuerpo físico y sus sentidos recogen informaciones que transmiten al cuerpo emocional a través del cuerpo etérico; el cuerpo emocional transforma las informaciones en sentimientos y los retransmite después al cuerpo mental, que, a su vez, reacciona ante ellos con la formación de pensamientos verbales.

Con frecuencia, debido a la influencia del cuerpo emocional y de sus estructuras emocionales no liberadas, las informaciones se distorsionan y el pensamiento se tiñe. Surgen esquemas mentales recurrentes a través de los cuales enjuiciamos los acontecimientos de nuestro mundo. Esto significa que el entendimiento racional no es ni mucho menos imparcial y objetivo, aun cuando se arrogue esa cualidad.

Los pensamientos que surgen en el cuerpo mental por esta vía generalmente giran en torno al bienestar personal y a los intereses del devenir terrenal y mundano. En este caso la solución racional de los problemas se convierte en la función principal del cuerpo mental. Sin embargo, esto significa una distorsión de su carácter original y una limitación de sus capacidades.

El aura del hombre desde dentro hacia fuera: 1) El aura etérica. 2) El aura emocional. 3) El aura mental. 4) El aura espiritual.

La auténtica función del cuerpo mental consiste en recoger las verdades universales que le llegan del plano del cuerpo espiritual e integrarlas con el entendimiento racional, que las transfiere a las situaciones concretas y lleva a una solución del problema en consonancia con las leyes universales.

Los conocimientos que de esta forma nos llegan del plano espiritual de nuestro ser se manifiestan como intuición en forma de intuiciones repentinas, a menudo en imágenes o incluso en sonidos que después se transforman en pensamientos verbales. Nos permiten mirar al interior de la auténtica naturaleza de las cosas y tienen una estructura holográfica, al contrario que el entendimiento lineal que parte de la concepción racional. 

El acceso a la octava superior del cuerpo mental lo encontramos en una unión del chakra frontal con el chakra coronal. Si el cuerpo mental está plenamente desarrollado, se convierte en el espejo del cuerpo espiritual, y el hombre realiza en su vida la sabiduría y el conocimiento integral del yo superior.



El cuerpo espiritual

El cuerpo espiritual, a menudo denominado también cuerpo causal, es el que mayor frecuencia de vibración posee de todos los cuerpos energéticos. En personas que aún son demasiado inconscientes en el plano espiritual se extiende conjuntamente con su aura sólo un metro aproximadamente alrededor del cuerpo físico. Por contra, el cuerpo y el aura espirituales de personas totalmente despiertas pueden irradiar hasta varios kilómetros de distancia, con lo cual la forma ovalada original se transforma en un circulo regular.

Si has tenido alguna vez la oportunidad de estar en presencia de un maestro iluminado, tal vez habrás observado que la atmósfera cambiaba repentinamente cuando te alejabas algunos kilómetros de él. La experiencia de la luz, de la plenitud y del amor que puede llenarte en la cercanía de un maestro pierde su intensidad tan pronto como sales del área de su aura.

El cuerpo espiritual y su aura irradian en los colores más suaves, que al mismo tiempo poseen una fuerza de iluminación indescriptiblemente profunda. Del plano espiritual del ser fluye incansablemente la máxima y más radiante energía hacia el cuerpo espiritual. A medida que esta energía va transformándose en frecuencias menores, inunda también el cuerpo mental, el cuerpo emocional y el cuerpo etérico. Aumenta las vibraciones de estos cuerpos, de forma que en su ámbito de acción correspondiente pueden encontrar su máxima forma de expresión. Hasta qué punto podamos percibir conscientemente, absorber y aprovechar esta energía depende del desarrollo de los chakras.

A través del cuerpo espiritual experimentamos la unidad interior con toda la vida. Nos une con el ser puro y divino, con la razón original omnipresente de la que han surgido y continúan surgiendo todas las manifestaciones en la creación. Desde este plano tenemos un acceso interior a todo cuanto existe en la creación.

El cuerpo espiritual es esa parte divina que hay en nosotros que es inmortal y que perdura a toda la evolución, mientras los demás cuerpos no materiales se disuelven paulatinamente a medida que el hombre va desarrollándose a través de los niveles de conciencia que exige una existencia en el plano terrenal, en el plano astral y en el plano mental.

Sólo a través del cuerpo espiritual es posible conocer la fuente y el destino de nuestra existencia y comprender el auténtico sentido de nuestra vida. Cuando nos abrimos a sus vibraciones nuestra vida cobra una calidad completamente nueva. En todas nuestras acciones somos llevados por nuestro yo superior, y nuestra vida manifiesta la sabiduría, la fuerza, la bendición y el amor universal, que representan las cualidades naturales del aspecto supremo de nuestro yo.



Extracto de: EL GRAN LIBRO DE LOS CHAKRAS
Conocimiento y técnicas para despertar la energía interior
SHALIIA SHAR&DOM Y BODO J. BAGINSKIhttp://trabajadoresdelaluz.com.ar/movil/nota_seleccionada.php?ndx=1175

jueves, 29 de junio de 2017

Steve Winwood - Roll With It HD

Porque todo te trae a mi,
la vida entera,
Y ya no estás.
Y no sé que hacer con éste amor,
con éste dolor que no se irá.
Que vivirá aquí, dentro de mi alma
hasta mi último día.
No sé que hacer con ese abrazo y ese beso
que tengo para ti
y que no queda más que disipar entre las nubes.
Ya nunca más,
ya no te tendré.
ya no, amor...


miércoles, 28 de junio de 2017

La mitología Griega y las flores

Desde el principio de los tiempos, las flores han sido muy importantes para todas las civilizaciones. Han acompañado a dioses y a humanos en todos los acontecimientos importantes, en los momentos de alegría y en los de tristeza. Por eso hoy, en la trastienda de Quedeflores.com, nos ha parecido interesante recoger algunas de las flores que han sido asociadas a dioses en la mitología griega.
Una de las principales es la Rosa. Su nombre deriva del nombre griego Rhodón cuyo posible significado es “efluvio oloroso”, o “lo que desprende olor”, y está consagrada a la diosa griega del amor y la belleza, Afrodita. Son varias las leyendas que se cuentan sobre su creación, pero aquí vamos a recoger una de ellas: “Cuentan que la propia Afrodita, mientras nacía de la espuma del mar, quiso poner a prueba su poder creando algo igual de hermoso que ella, entonces de su seno surgió una rosa blanca que utilizaría desde ese momento como adorno”.
También según la mitología griega, “una hermosa diosa huyó asustada al bosque y fue a un lugar llamado Loto, un lugar reservado para los perdedores y fracasados de la vida y allí se hundió. Durante muchísimos años la joven diosa luchó hasta conseguir salir como una hermosa flor de largos pétalos. Por ello, para los griegos la flor de loto significa el triunfo después de haber luchado mucho contra el fracaso”. Un bonito significado que todavía tienen presente hoy en día algunas culturas.
La Orquídea es otra de las flores con su hueco en la mitología griega. Su nombre está asociado a Orchis, “el hijo libidinoso de una ninfa y un sátiro que durante la fiesta en honor del dios Baco bebió demasiado y en estado de ebriedad sedujo y violó a una sacerdotisa. Los Dioses le castigaron a morir devorado por las fieras y, por la intervención de sus padres, le devolvieron a la vida transformado en una bella orquídea”. Los griegos creían que comiéndose las flores de las orquídeas despertaban en su interior los poderes eróticos y la energía sexual del difunto Orchis.
Y llegamos a la más conocida, la historia de Narciso, “un joven famoso por su gran belleza del que todos se enamoraban mientras que él rechazaba sus insinuaciones. Eco, una ninfa herida por haber sido rechazada, se encargó de que la diosa de la venganza lo hechizara, haciendo que Narciso se enamorara de su propia imagen reflejada en una fuente, contemplándola sin respiro y arrojándose a las aguas. En el lugar donde se arrojó, nació una bella flor en su memoria”. Quizá por esto es una de las plantas ornamentales más cultivadas.
Son más las flores asociadas a esta mitología pero hoy nos hemos centrado en estas cuatro. En Quedeflores.com somos unos amantes de las flores por ello, nos gusta conocer estas historias y compartirlas con vosotr@s.


Breves leyendas sobre las flores

El Aciano
Aciano
La reina Luisa de Prusia fué una hermosa dama, de gran valor El emperador Napoleón el Grande invadió su país y se apoderó de él, oprimiendo al pueblo, pero la reina luchó valientemente contra el invasor.
Sin embargo, al fin, el enemigo tomó la capital (Berlín), y la reina, que tras muchas penalidades, pudo escapar con sus hijos, fue a esconderse en un campo cubierto de acianos. Los niños, asustados, empezaron a llorar, Entonces la reina Luisa, temiendo que alguien les oyera y les descubriera, cogió algunas de aquellas florecitas azules y haciendo con ellas coronas y ramas para los pequeños príncipes, logró distraerles de su pena.
Uno de ellos se llamaba Guillermo, y algunos años después derrotó al sobrino de Napoleón. Proclamado primer emperador de Alemania, tomó como símbolo el aciano.
El Crisantemo
Crisantemo
En la Selva Negra (Alemania) vivía un campesino llamado Hermann. La víspera de Navidad, cuando regresaba a su casa, encontró a un niño pequeñito tendido sobre la nieve. Lo tomó en brazos y lo condujo al modesto hogar donde le aguardaban su esposa e hijos, quienes, compadeciéndose del pobre niño, compartieron alegremente con él la humilde cena que tenían preparada para aquella festividad.
El pequeño forastero permaneció toda la noche en la cabaña, y a la mañana siguiente, después de revelar que era el Niño Jesús, desapareció. Cuando volvió a pasar Hermann por el lugar donde había encontrado al Niño, vio que habían nacido entre la nieve unas flores hermosísimas. Cogiendo un buen puñado de ellas las llevó a su esposa, quien les dio el nombre de crisantemos, esto es, flores de Cristo, o más propiamente, «flores de oro». Y en lo sucesivo, toda Noche Buena, en memoria del pequeño visitante. Hermann y los suyos daban a algún niño pobre parte de la cena.
La Anémora
Anémona
Existía en antiguos tiempos la Ninfa de las Flores, cuyo nombre era Cloris y a su jardín solía acudir el Espíritu del Viento de Occidente, Céfiro, enamorado de ella. Vivían en el jardín de la Ninfa de las Flores otras muchas hermosas ninfas, y, entre ellas, una jovencita llamada Anémona. Un día Céfiro, demostrando poca afición por Cloris, comenzó a cortejar a la gentil Anémona. Celosa e irritada aquélla, arrojó a Anémona de su jardín, para que pereciera en los bosques salvajes. Afortunadamente cruzó un día por ellos Céfiro, y viendo a la pobre Anémona moribunda, la convirtió en la blanca y graciosa flor que crece al pie de los árboles cuando florece la primavera.
La Rosa de Jericó
Rosa de Jericó
La rosa de Jericó, se conoce también con el nombre de «flor de la Resurrección», pues se le atribuye la propiedad de morir y volver después a la vida. Su origen tiene una hermosa leyenda.
Se dice que en aquellos días en que José y María huyeron de Belén con el Niño Jesús, para salvarle de la degollación de los inocentes, ordenada por el rey Herodes, la Sagrada Familia atravesó las llanuras de Jericó Cuando la Virgen bajó del asno que montaba, esta florecilla brotó a sus pies, para saludar al Salvador, a quien María llebava en brazos.
Durante la vida del Salvador en la tierra, la rosa de Jericó siguió flore¬ciendo, pero cuando expiró en la cruz, todas estas rosas se secaron y murieron al mismo tiempo que Él. Sin embargo, tres días después, Cristo resucitó, y las rosas de Jericó volvieron a la vida, brotando y floreciendo sobre la llanura, como señal de la alegría de la tierra pol¬la resurrección de Jesús.

Fuente: quedeflores.com

Ricky Martin - A Medio Vivir (Vuelve Tour 1998 Live)



Después de tanto tiempo que ha pasado 
Te parecerá mentira Pero no me acostumbro 
Parece como si hubiera sido ayer 
Ese primer día que nos vimos desnudos 

Y siempre pensé La vida debe de continuar 
Pero sin ti Todo se quedo por la mitad 

A medio vivir A medio sentir 
Y se me pasa la vida 
Y no encuentro salida sin ti 

Después de tanto tiempo que ha pasado 
Aun te espero como siempre En el mismo sitio 
Aun así logro sentir Tu pecho presionado con el mio 
Y tus latidos Y cada vez Se me hace mas difícil cada vez 
Y es que sin ti Todo se quedo por la mitad 

A medio vivir A medio sentir Y se me pasa la vida 
Y no encuentro salida sin ti 

A medio vivir A medio sentir Y se me pasa la vida 
Y no encuentro salida sin ti 

Llevamos mucho tiempo hablando Y no te seguire aburriendo mas 
Con mi discurso Solo te llamaba por saber 
Si por si acaso tu tambien Necesitabas 
No esta de mas Hablar de vez en cuando No esta de mas 

Y es que sin ti Respiro con un solo pulmón 
Y es que sin ti Todo se quedo por la mitad 
A medio vivir, a medio vivir.

martes, 27 de junio de 2017

Una pequeñez - Anton Chejov


Historia de un conflicto que se origina por la inocencia de un niño que acaba de estrenarse en el mundo de la mentira, el engaño y los secretos que podrían parecer insignificantes pero en el ego de los adultos pueden desencadenar verdaderas batallas y conflictos que cambian drásticamente el transcurso de la vida, pequeñeces que sabemos que es mejor ocultar en un mundo donde las mentiras piadosas se han convertido en un insoportable vicio.

Una pequeñez

[Cuento - Texto completo.]
Anton Chejov


Nicolás Ilich Beliayev, rico propietario de Petersburgo, aficionado a las carreras de caballos, joven aún -treinta y dos años-, grueso, de mejillas sonrosadas, contento de sí mismo, se encaminó, ya anochecido, a casa de Olga Ivanovna Irnina, con la que vivía, o, como decía él, arrastraba una larga y tediosa novela. En efecto: las primeras páginas, llenas de vida e interés, habían sido saboreadas, hacía mucho tiempo; y las que las seguían se sucedían sin interrupción, monótonas y grises.
Olga Ivanovna no estaba en casa, y Beliayev pasó al salón y se tendió en el canapé.
-¡Buenas noches, Nicolás Ilich! -le dijo una voz infantil-. Mamá vendrá en seguida. Ha ido con Sonia a casa de la modista.
Al oír aquella voz, advirtió Beliayev que en un ángulo de la estancia estaba tendido en un sofá el hijo de su querida, Alecha, un chiquillo de ocho años, esbelto, muy elegantito con su traje de terciopelo y sus medias negras. Boca arriba, sobre un almohadón de tafetán, levantaba alternativamente las piernas, sin duda imitando al acróbata que acababa de ver en el circo. Cuando se le cansaban las piernas realizaba ejercicios análogos con los brazos. De cuando en cuando se incorporaba de un modo brusco y se ponía en cuatro patas. Todo esto lo hacía con una cara muy seria, casi dramática, jadeando, como si considerase una desgracia el que le hubiera dado Dios un cuerpo tan inquieto.
-¡Buenas noches, amigo! -contestó Beliayev-. No te había visto. ¿Mamá está bien?
Alecha, que ejecutaba en aquel momento un ejercicio sumamente difícil, se volvió hacia él.
-Le diré a usted… Mamá no está bien nunca. Es mujer, y las mujeres siempre se quejan de algo…
Beliayev, para matar el tiempo, se puso a observar la faz del niño. Hasta entonces, en todo el tiempo que llevaba en relaciones íntimas con Olga Ivanovna, casi no se había fijado en él, no dándole más importancia que a cualquier mueble insignificante.
Ahora, en las tinieblas del anochecer, la frente pálida de Alecha y sus ojos negros le recordaban a la Olga Ivanovna del principio de la novela. Y quiso mostrarle un poco de afecto al chiquillo.
-¡Ven aquí, chico! -le dijo-. Déjame verte más de cerca.
El chiquillo saltó del sofá y corrió al canapé.
-Bueno -comenzó Beliayev, poniéndole una mano en el hombro-. ¿Cómo te va?
-Le diré a usted… Antes me iba mejor.
-¿Y eso?
-Es muy sencillo. Antes, mi hermana y yo leíamos y tocábamos el piano, y ahora nos obligan a aprendernos de memoria poesías francesas… ¿Se ha cortado usted el pelo hace poco?
-Sí, hace unos días.
-¡Ya lo veo! Tiene usted la perilla más corta. ¿Me deja usted tocársela?… ¿No le hago daño?…
-¿Por qué cuando se tira de un solo pelo duele y cuando se tira de todos a la vez casi no se siente?
El chiquillo empezó a jugar con la cadena del reloj de su interlocutor y prosiguió:
-Cuando yo sea colegial, mamá me comprará un reloj. Y le diré que también me compre una cadena como esta. ¡Qué dije más bonito! Como el de papá… Papá lleva en el dije un retratito de mamá… La cadena es mucho más larga que la de usted…
-¿Y tú cómo lo sabes? ¿Ves a tu papá?
-¿Yo?… No… Yo…
Alecha se puso colorado y se turbó mucho, como un hombre cogido en una mentira.
Beliayev lo miró fijamente, y le preguntó:
-Ves a papá…, ¿verdad?
-No, no… Yo…
-Dímelo francamente, con la mano sobre el corazón. Se te conoce en la cara que ocultas la verdad. No seas taimado. Lo ves, no lo niegues… Háblame como a un amigo.
Alecha reflexiona un poco.
-¿Y usted no se lo dirá a mamá?
-¡Claro que no! No tengas cuidado.
-¿Palabra de honor?
-¡Palabra de honor!
-¡Júramelo!
-¡Dios mío, qué pesado eres! ¿Por quién me tomas?
Alecha miró a su alrededor, abrió mucho los ojos y susurró:
-Pero, ¡por Dios, no le diga usted nada a mamá! Ni a nadie, porque es un secreto. Si mamá se entera, yo, Sonia y Pelagueya, la criada, nos la ganaremos. Pues bien, oiga usted: yo y Sonia nos vemos con papá los martes y los viernes. Cuando Pelagueya nos lleva de paseo vamos a la confitería Aspel, donde nos espera papá en un cuartito aparte. En el cuartito que hay una mesa de mármol y encima un cenicero que representa una oca.
-¿Y qué hacen allí?
-Nada. Primero nos saludamos, luego nos sentamos todos a la mesa y papá nos convida a café y a pasteles. A Sonia le gustan los pastelillos de carne, pero yo los detesto. Prefiero los de col y los de huevo. Como comemos mucho, cuando volvemos a casa no tenemos gana. Sin embargo, cenamos, para que mamá no sospeche nada.
-¿De qué hablan con papá?
-De todo. Nos acaricia, nos besa, nos cuenta cuentos. ¿Sabe usted? Y dice que cuando seamos mayores nos llevará a vivir con él. Sonia no quiere, pero yo sí. Claro que me aburriré sin mamá; pero podré escribirle cartas. Y hasta podré venir a verla los días de fiesta, ¿verdad? Papá me ha prometido comprarme un caballo. ¡Es más bueno! No comprendo cómo mamá no le dice que se venga a casa y no quiere ni que lo veamos. Siempre nos pregunta cómo está y qué hace. Cuando estuvo enferma y se lo dijimos, se cogió la cabeza con las dos manos…, así…, y empezó a ir y venir por la habitación como un loco… Siempre nos aconseja que obedezcamos y respetemos a mamá… Diga usted: ¿es verdad que somos desgraciados?
-¿Por qué?
-No sé; papá lo dice: «Son unos desgraciadas -nos dice-, y mamá, la pobre, también, y yo; todos nosotros.» Y nos suplica que recemos para que Dios nos ampare.
Alecha calló y se quedó meditabundo. Reinó un corto silencio.
-¿Conque sí? -dijo, al cabo, Beliayev-. ¿Conque celebran mítines en las confiterías? ¡Tiene gracia! ¿Y mamá no sabe nada?
-¿Cómo lo va a saber? Pelagueya no dirá nada… ¡Ayer nos dio papá unas peras!… Estaban dulces como la miel. Yo me comí dos…
-Y dime… ¿Papá no habla de mí?
-¿De usted? Le aseguro…
El chiquillo miró fijamente a Beliayev, y concluyó:
-Le aseguro que no habla nada de particular.
-Pero, ¿por qué no me lo cuentas?
-¿No se ofenderá usted?
-¡No, tonto! ¿Habla mal?
-No; pero… está enfadado con usted. Dice que mamá es desgraciada por culpa de usted; que usted ha sido su perdición. ¡Qué cosas tiene papá! Yo le aseguro que usted es bueno y muy amable con mamá; pero no me cree, y, al oírme, balancea la cabeza.
-¿Conque afirma que yo he sido la perdición…?
-Sí. ¡Pero no se enfade usted, Nicolás Ilich!
Beliayev se levantó y empezó a pasearse por el salón.
-¡Es absurdo y ridículo! -balbuceaba, encogiéndose de hombros y con una sonrisa amarga-. Él es el principal culpable y afirma que yo he sido la perdición de Olga. ¡Es irritante!
Y, dirigiéndose al chiquillo, volvió a preguntar:
-¿Conque te ha dicho que yo he sido la perdición de tu madre?
-Sí; pero… usted me ha prometido no enfadarse.
-¡Déjame en paz!… ¡Vaya una situación lucida!
Se oyó la campanilla. El chiquillo corrió a la puerta. Momentos después entró en el salón con su madre y su hermanita.
Beliayev saludó con la cabeza y siguió paseándose.
-¡Claro! -murmuraba-. ¡El culpable soy yo! ¡Él es el marido y le asisten todos los derechos!
-¿Qué hablas? -preguntó Olga Ivanovna.
-¿No sabes lo que predica tu marido a tus hijos? Según él, soy un infame, un criminal; he sido la perdición tuya y de los niños. ¡Todos ustedes son unos desgraciados y el único feliz soy yo! ¡Ah, qué feliz soy!
-No te entiendo, Nicolás. ¿Qué sucede?
-Pregúntale a este caballerito -dijo Beliayev, señalando a Alecha.
El chiquillo se puso colorado como un tomate; luego palideció. Se pintó en su faz un gran espanto.
-¡Nicolás Ilich! -balbuceó-, le suplico…
Olga Ivanovna miraba alternativamente, con ojos de asombro, a su hijo y a Beliayev.
-¡Pregúntale! -prosiguió éste-. La imbécil de Pelagueya lleva a tus hijos a las confiterías, donde les arregla entrevistas con su padre. ¡Pero eso es lo de menos! Lo gracioso es que su padre, según les dice él, es un mártir y yo soy un canalla, un criminal, que ha deshecho la felicidad de ustedes…
-¡Nicolás Ilich! -gimió Alecha-, usted me había dado su palabra de honor…
-¡Déjame en paz! ¡Se trata de cosas más importantes que todas las palabras de honor! ¡Me indignan, me sacan de quicio tanta doblez, tanta mentira!
-Pero dime -preguntó Olga, con lágrimas en los ojos, dirigiéndose a su hijo-: ¿te vas con papá? No comprendo…
Alecha parecía no haber oído la pregunta, y miraba con horror a Beliayev.
-¡No es posible! -exclama su madre-. Voy a preguntarle a Pelagueya.
Y salió.
-¡Usted me había dado su palabra de honor…! -dijo el chiquillo, todo trémulo, clavando en Beliayev los ojos, llenos de horror y de reproches.
Pero Beliayev no le hizo caso y siguió paseándose por el salón, excitadísimo, sin más preocupación que la de su amor propio herido.
Alecha se llevó a su hermana a un rincón y le contó, con voz que hacía temblar la cólera, cómo lo habían engañado. Lloraba a lágrima viva y fuertes estremecimientos sacudían todo su cuerpo. Era la primera vez, en su vida, que chocaba con la mentira de un modo tan brutal.
FIN