martes, 4 de abril de 2017

En las fronteras de la filosofía, Pensamiento Tibetano

La importancia de los mandadas tibetanos
La palabra tibetana "mandala" significa “el centro y los alrededores”, pero en ocasiones se traduce también como “círculo sagrado”. Existen varios tipos de mandalas empleados para diferentes cuestiones:
Por un lado, están los mandalas elaborados o visualizados “como una tierra pura de Buda”, los cuales se ofrecen a los seres iluminados y a los maestros espirituales con la intención de acumular méritos. Otro tipo de mandalas son los que se utilizan durante una iniciación tántrica, en donde el mandala representa la residencia del Buda relacionado con dicha iniciación y el maestro introduce al discípulo en el significado del mandala como parte del ritual.
Los mandalas pueden ser visualizados, pintados sobre papel o tela o hechos con arena de colores. Los mandalas de arena, a su vez, pueden elaborarse a petición de la comunidad con la intención de pacificar desastres naturales, traer paz y armonía a un lugar determinado y sus habitantes, como una bendición durante un retiro de meditación, o para consagrar medicinas en el caso de un mandala relacionado con el Buda de la medicina.
En general, todos los mandalas tienen significados externos, internos y secretos. En el aspecto exterior representan el mundo en su forma divina, en el interior, un mapa mediante el cual la mente ordinaria puede transformarse en la experiencia de la iluminación, y en el aspecto secreto muestran el perfecto balance primordial de las energías sutiles del cuerpo y la dimensión de la clara luz de la mente. Se dice que la creación de un mandala de arena purifica en estos tres niveles.
Para la construcción de un mandala de arena, se emplea un instrumento de cobre en forma de cono con rugosidades en su parte externa, llamado chang-bu, y con una barra se frota suavemente, de tal manera que la arena va saliendo poco a poco por el pequeño orificio que está al final del cono gracias a la vibración.
Cuando termina la ceremonia de construcción se destruye, y esto es importante por dos motivos principales: primero para mostrar la impermanencia de todas las cosas, tarde o temprano todo se termina y el apegarnos a lo efímero sólo genera sufrimiento, y en segundo lugar porque tiene que ver con el ideal de querer beneficiar a los demás con nuestros actos y por esa razón se reparte la arena entre quienes presencian la ceremonia, como una especie de bendición personal, mientras que otra parte de la arena se tira en un río, para beneficiar a todo el mundo. 
Fuente: Cinicos.com

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