jueves, 17 de noviembre de 2016

Julio Cortázar y Alejandra Pizarnik


 La poeta Alejandra Pizarnik y el escritor Julio Cortázar, ambos argentinos, se encontraron por primera vez en París, en los años sesenta.
De la admiración que cada uno de Ellos tenía por el otro nació una gran amistad que duraría hasta la temprana y trágica muerte de Alejandra. 

Alejandra a pesar del dificil panorama personal, se abrió camino en el mundo de la literatura ganándose un lugar destacado gracias a la valía de su obra poética; Flora Pizarnik, como era su verdadero nombre, tenía 36 años cuando finalmente y después de varios intentos, termina con su vida el 25 de septiembre de 1972.
Después de su muerte, Julio le dedica dos poemas, uno algo extenso: "Aquí Alejandra" y el siguiente que dice así:
Puesto que el Hades no existe,
seguramente estás allí,
último hotel, último sueño,
pasajera obstinada de la ausencia.
Sin equipajes ni papeles,
dando por óbolo un cuaderno
o un lápiz de color.
-Acéptalos, barquero: nadie pagó más caro
el ingreso a los Grandes Transparentes,
al jardín donde Alicia la esperaba.
Bicho aquí.
aquí contra esto,
pegada a las palabras
te reclamo.
Ya es la noche, vení.


Saber si Alejandra estaba enamorada de Julio, fue algo que inquietó a algunas personas, sobretodo por el hecho de que el escritor recibiera junto con algunas cartas de la poeta, también una foto de Ella desnuda tomando sol en una playa.
Alejandra se fue de este mundo deseando y esperando la llegada del amor.

Poema II

No importa si cuando llama el amor
yo estoy muerta.
Vendré.
Siempre vendré
si alguna vez
llama el amor.

Alejandra Pizarnik

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