miércoles, 22 de julio de 2015

UNA FELICIDAD GENERADA INTERNAMENTE - Jeff Foster

No busques la felicidad. La felicidad nunca proviene desde fuera de ti, al igual que el calor del Sol, que sólo se genera internamente. Busca fuera de tu hermoso ser y serás un buscador por siempre, aferrándote u odiando a los demás, serás una víctima del destino o del azar y de los estados de ánimo, de los caprichos, deseos y anhelos de los demás. Los demás no pueden ser controlados o pronosticados, y su más profunda experiencia está sujeta a las leyes de la impermanencia. Ellos te aman, te olvidan, te castigan, te celebran, te desean, pierden interés, se acercan a ti, se van. Se expanden y se reprimen. A veces mantienen sus promesas, y a veces no; a veces dicen la verdad, y a veces no quieren o no pueden; y eso ya no importa más, porque has dejado de engancharte con ellos, ellos ya no son responsables de tu felicidad, y nunca lo fueron; por favor, no dependas de ellos. Tu autoestima es generada internamente, la calidez de la presencia está siempre contigo.

Mamá y papá te llamaron bueno o malo, te alabaron o culparon, te jalaron o empujaron, quisieron que fueras como ellos o que no fueras como ellos, te escucharon o no, estaban sobrecargados de trabajo o estresados o intoxicados, te bañaron con alabanzas o te las retiraron sin siquiera avisarte; te ignoraron, descuidaron, o se avergonzaron de ti, te golpearon, te tocaron en una forma que no sentías que era la adecuada y silenciaste esa voz que siempre SUPO que eso estaba mal (para retener su amor, para mantenerte seguro y así poder seguir adelante), sin embargo ellos no conocían la verdad, y estaban sintiendo un dolor desesperado... y no lo sabían, y no lo sabían.

Y ahora eres libres, o al menos estás en contacto con Eso que siempre fue libre, porque estás presente, y tu vida es tu vida, y estás respirando, y tienes un infinito valor como una expresión del universo, y tienes el derecho a sentir lo que sientes sin sentir vergüenza. Y tienes mucho que dar, y no necesitas perdonar, porque el perdón es intrínseco a la presencia, y no hay nada que perdonar, y sí mucho que sentir.

Siempre estuviste brillando, pequeño, siempre fuiste la Fuente y el Sol y la Luz, y nadie podría tocar eso, y nadie podría jamás quitártelo.



(Imagen: *wyoavalanche)

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