lunes, 22 de junio de 2015

Cinco Palacios porteños que ya no están

Palacio Miraflores



Foto antigua del Palacio Miraflores; construido en 1886 en los terrenos que dejó Inés Indarte de Dorrego a su familia de la rama Dorrego-Ortiz Basualdo. Ubicado en la manzana entre Rivadavia, Boyacá y Fray Luis Beltrán del barrio de Flores.
Durante el siglo XIX, San José de Flores, era destino de fin de semana de las familias más ricas de Buenos Aires, las cuales tenían sus mansiones y casas de descanso.
Ya a principios de siglo XX, la manzana del Palacio Miraflores fue loteada, por lo que comenzó a rodearse de otras edificaciones, cediendo terrenos del parque.
En 1920 pasó a ser propiedad y sede del Club de Flores, institución que organizaba grandes fiestas y espectáculos.
Aquí se fundaron la Asociación Patriótica de San José de Flores y la Junta de Estudios Históricos de dicho barrio.
Finalmente fue demolida 1946. 
estuvo ubicado en Av.Rivadavia y Boyacá. 

Pabellón de los Lagos de Palermo

Restaurant y bar que estaba ubicado a un lado del Rosedal en la zona de los Lagos, en el barrio porteño de Palermo. Era una construcción de hierro y vidrios, armada con un remanente de lo que había sido la Exposición Industrial del Centenario, a la que fueron invitados importantes personajes como la infanta Isabel de Borbón, el presidente de Chile, Pedro Montt, los escritores Ramón del Valle Inclán y Vicente Blasco Ibáñez, entre otros.

Ese espacio era lugar de reunión de familias conocidas y también era elegido como sede de importantes eventos y banquetes diplomáticos. La confitería funcionó hasta 1928, mientras que el Pabellón fue demolido en 1929 y en su lugar, se levantó el actual patio andaluz.



Palacio Costaguta

Fue construido en 1903, en la esquina de Talcahuano y Tucumán, por el arquitecto francés Alfred Massüe a pedido de David Costaguta. Fue ideado con una cúpula metálica que funcionaba como mirador, de ahí que también fuera conocido como el Mirador Massüe. Esta última fue la única parte de la construcción que sobrevivió a la demolición de 1989, cuando se decidió levantar en su lugar un edificio de oficinas. Su ornamentación con motivos naturales y líneas ondulantes lo convirtió en uno de los ejemplos arquitectónicos del Art Noveau porteño.
Ubicado frente a la Plaza Lavalle en zona turística. Obra del Arquitecto francés Alfred Massüe para el acaudalado David Costaguta, fue construido en 1909, y posteriormente demolido parcialmente y reconstruido en 1989 conservando en la esquina, la torre con el mirador de estilo art nouveau que actualmente forma parte de una moderna edificación.



Palacio Miró


Se encontraba ubicado en el actual sector norte de la Plaza Lavalle frente al teatro Colón. En 1841 Mariano Miró compró el terreno en donde hizo levantar un palacete de dos plantas a los arquitectos genoveses Nicolás y José Canale.
Contaba con una galería perimetral en el piso bajo, un vistoso mirador y estaba rodeado de una arboleda rica en ejemplares exóticos. Un camino de ingreso conducía por el parque hacia la escalinata de mármol principal y hacia los lujosos aposentos y salones que estaban decorados con valiosas obras de arte. En 1910, en esa mansión se celebró el baile principal durante el Centenario al que asistieron la Infanta Isabel, embajadora del rey Alfonso XIII y el propio presidente de la República, José Figueroa Alcorta.



Otros acontecimientos históricos alcanzaron a la propiedad, como la inauguración en 1887 del monumento al general Juan Lavalle, que provocó que sus moradores -descendientes del acaudalado Luis Dorrego, que era hermano de Manuel- cerraran desde ese momento y para siempre las ventanas y la puerta principal del palacio, que miraban a la estatua. Poco después, durante la revolución de 1890, la mansión fue seriamente dañada al quedar en el centro del fuego cruzado de los bandos antagónicos en ese enfrentamiento. En 1937 fue expropiado por la municipalidad y demolido.
Hoy, Plaza Lavalle


Palacio de Los Leones
Frente al actual Club Belgrano, calle José Hernández, se erigía el imponente "Palacio Encantado" de estilo medieval, que había ordenado construir un comandatore (caballero) italiano, que luego fundió su fortuna y debió abandonar el país. Tiempo después, la propiedad, de dos plantas y un doble mirador, fue adquirida por la familia Lacroze.
Sin motivos declarados, sus nuevos propietarios decidieron tapiar las puertas y ventanas, clausurar los portones y emprender la retirada. Enseguida comenzaron a tejerse leyendas urbanas y quienes merodeaban la zona aseguraban escuchar por las noches crujidos, ruidos, lamentaciones y chistidos, por lo que nadie quería custodiarlo. Mucho menos desde el día que trascendió que un sereno contratado murió sorpresivamente.
Los sucesores de los Lacroze enajenaron el castillo y ya en ruinas fue demolido. Hoy se levantan en la zona distintos establecimientos, entre ellos, el Sanatorio de la Sagrada Familia



http://www.lanacion.com.ar/1329521-cinco-palacios-portenos-que-ya-no-estan

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