miércoles, 15 de abril de 2015

No es lo mismo la capacidad de silenciar la mente
que el silencio de lo NO dicho.
No es lo mismo la seguridad de quien defiende
sus límites, que la seguridad del terco que ataca las
ideas que no distingue. 
No es lo mismo que mi mirada y mi corazón
hablen mis certezas, que creer que mis certezas
sean validas para todos los corazones y miradas.
Porque algunos silencios sanan pero otros
conducen a la nada, porque no siempre la seguridad
implica sabiduría, y porque no todas las certezas
pueden ampliarnos la conciencia,
si no van acompañadas de una dosis de duda.

M u j e r A r b o l
Alejandra Baldrich

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