jueves, 19 de marzo de 2015

IMAGINA A UNA MUJER...

Imagina a una mujer que cree que es justo y bueno ser mujer.
Una mujer que honra su experiencia y cuenta sus historias.
Que rehúsa cargar con los pecados de los demás en su cuerpo y en su vida.


Imagina a una mujer que confía en sí misma y se respeta.
Una mujer que escucha sus necesidades y deseos.
Que los satisface con ternura y gracia.

Imagina a una mujer que ha reconocido la influencia del pasado en el presente.
A una mujer que ha caminado a través de su pasado.
Que se ha sanado en el presente.

Imagina a una mujer que es la autora de su propia vida.
A una mujer que se esfuerza, toma la iniciativa y actúa en nombre propio. Que rehúsa rendirse excepto a su yo más verdadero y a su voz más sabia.

Imagina a una mujer que nombra a sus propios dioses.
Una mujer que imagina lo Divino a su imagen y semejanza.
Que diseña su propia espiritualidad para instruir su vida diaria.

Imagina a una mujer enamorada de su propio cuerpo.
Una mujer que cree que su cuerpo es suficiente, tal como es.
Que celebra los ritmos y ciclos de su cuerpo como un exquisito recurso.

Imagina a una mujer que honra el cuerpo de la Diosa en su propio cuerpo cambiante. Una mujer que celebra la acumulación de sus años y su sabiduría. Que rehúsa a gastar su preciosa energía en disfrazar los cambios de su cuerpo y de su vida.

Imagina a una mujer que valora a las mujeres de su vida.
Una mujer que se sienta en círculos de mujeres.
A la que se le recuerda su propia verdad cuando ella la olvida.

Imagínate a ti misma como esta mujer.

© Patricia Lynn Reilly, 1995-

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