martes, 27 de enero de 2015


La canción y yo


Vieja luz, me enamora versos en mi voz.
Nueva quietud, amanéceme
desde mí hasta donde quiera que no está
la claridad, la mismísima verdad.

Un nuevo cantar,
un ser del azar,
una libertad,
una canción milagrosa
que en mi voz se queja.

Una demente paz,
una obsesionada cruz,
un eclipse de ira,
una canción que no nace
y otra que se me muere.

Nueva luz, desamora versos del adiós.
Vieja quietud, anochéceme
sin final, imaginándolo,
pura canción, que me encuentra, que me olvida.

Ningún dolor supo terminar
la fatalidad, la sincera subida.
Ningún dolor se quedó sin amor:
lejos de doler, me devolvió el corazón.

Ningún dolor supo terminar
la fatalidad de los sueños perdidos.
Ningún dolor se quedó sin morir:
me volvió en canciones la razón de vivir.

No hay comentarios:

Publicar un comentario