lunes, 30 de noviembre de 2009

Donde el corazón te lleve - Susanna Tamaro


















"...es cierto con el pensamiento lo sabemos todos, pero saberlo con el pensamiento es una cosa y saberlo con el corazón, es otra completamente distinta....
cada vez que tengo ganas de convertir las cosas equivocadas en cosas justas, recuerda que la primera revolucion que hay que realizarse es dentro de uno mismo, la primera y la más importante, luchar por una idea sin tener idea de uno mismo es una de las cosas mas peligrosas que se pueden hacer....
cada vez que te sientes extraviada, confusa, piensa en los árboles, recuerda su manera de crecer, recuerda que un árbol de gran copa y pocas raices es derribado por la primera ráfaga de viento, en tanto que un árbol con muchas raices y poca copa a duras penas deja circular su savia. Raices y copa han de tener la misma medida, has de estar en las cosas y sobre ellas; sólo así podrás ofrecer reparo y sombra, sólo así al llegar la estación apropiada podrás cubrirte de flores y frutos; y luego cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cual recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda, respira con la confiada profundidad con que respiraste el día cuando viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga; aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta en silencio, y escucha a tu corazón, y cuando te hable, levantate y ve donde el te lleve..."


..."Poco a poco desapareció la música, y con ella la sensación de honda alegría que me había acom­pañado durante los primeros años.
La alegría, ¿sa­bes?, es justamente lo que más he añorado.
Posteriormente, seguro que sí, incluso he sido feliz; pero la felicidad es, respecto a la alegría, como una lám­para eléctrica respecto al sol.
La felicidad siempre tiene un objeto, somos felices por algo, es un sen­timiento cuya existencia depende de lo exterior.
La alegría, en cambio, no tiene objeto. Te posee sin ningún motivo aparente, en su esencia se parece al sol, arde gracias a la combustión de su propio co­razón"...


"antes de juzgar a una persona, camina tres lunas con sus mocasines". Vistas desde fuera muchas existencias parecen equivocadas, iracionales, locas, mientras nos mantenemos fuera es fácil entender mal a las personas, sus relaciones; solamente, solamente estando dentro, caminando tres lunas con sus mocasines, pueden entenderse sus motivaciones, sus sentimientos, aquello que hace que una persona actúe de una manera en vez de hacerlo de otra. La comprensión nace de la humanidad, no del orgullo del saber. El único maestro que existe, el único verdadero y creíble, es la propia conciencia, para dar con ella hay que mantenerse en silencio -en soledad y en silencio- hay que estar sobre la tierra desnuda, desnuda y sin nada alrededor, como si ya estuviesemos juntos. Al principio no percibes nada, lo único que sientes es terror, pero después, en lo profundo, lejano, empiezas a oir una voz, es una voz tranquila, y tal vez te irrite con su trivialidad. Es extraño: cuando esperas oir cosas grandes, aparecen ante ti las pequeñas, son tan pequeñas y tan obvias que podrías decir y gritar: pero ¿cómo? ésto es todo?.."
"...a lo largo de los cruces de tu camino te encuentras con otras vidas; conocerlas o no conocerlas, vivirlas a fondo o dejarlas correr, es asunto que sólo depende de la elección que efectúes en un instante. Aunque no lo sepas, en pasar de largo o desviarse a menudo es en juego tu existencia, y de la quien está a tu lado..."

"...los cambios se acumulan imperceptiblemente, poco a poco y al llegar a cierto punto estallan, repentinamente una persona rompe el círculo, decide ser diferente: destino, herencia, educación, dónde empieza una cosa y dónde termina la otra?. Si te detienes a reflexionar aunque sea un sólo instante, casi enseguida te asalta un gran miedo ante el misterio que todo esto encierra...."

Fragmento de Donde el corazón te lleve de Susanna Tamaro

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